Luis Jaramillo - PuUNTO DE VISTA

Ejercicio responsable

Estamos pues en el momento de pasar del tacticismo al realismo y es de esperar que haya altura política por parte de los negociadores

El líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo ICAL

Finalizada la primera ronda de contactos con los grupos políticos, el PP encara una semana definitiva para alcanzar el acuerdo que le permita configurar un gobierno para la nueva legislatura. Hasta ahora casi todo han sido movimientos tácticos y cada cual ha dibujado su ideal. Es a partir de este momento cuando se deben de establecer las posibilidades reales que, por muchos ángulos desde los que se mire, apuntan a un acuerdo entre el PP y Vox.

Mañueco insiste en gobernar en solitario, algo así como lo que ocurrió en 1987, cuando PP y PSOE sacaron los mismos escaños, aunque ganó el PP por unos pocos miles de votos y el CDS permitió gobernar para, dos años más tarde, entrar en el Gobierno. Sin embargo, el clima político ahora es muy diferente y Vox insiste en hacer valer sus escaños para entrar en el Gobierno y lo hace poniendo sus condiciones. Vox no quiere ser menos que Ciudadanos en la pasada legislatura, pero es que la situación tampoco es la misma, porque el PP no ganó las elecciones entonces y si no se cumplían sus condiciones, podría pactar con el PSOE. Ahora el PP ha ganado y Vox puede formar gobierno o forzar elecciones anticipadas, lo que sería a todas luces una irresponsabilidad. La otra opción es que formara gobierno con el PSOE y Unidas Podemos, pero eso lo veo más imposible todavía.

Estamos pues en el momento de pasar del tacticismo al realismo y es de esperar que haya altura política por parte de los negociadores, porque lo que no se puede consentir es que de nuevo los castellanos y leoneses volvamos a las urnas en el mes de julio.

El mundo se enfrenta ahora a una encrucijada mayor de la que ya teníamos con la Covid. La invasión rusa en Ucrania ha puesto las economías mundiales patas arriba y abre un tiempo en el que, en el mejor de los casos, se retrasarán notablemente las posibilidades de recuperación económica que se habían previsto. Hay mucho en juego y cada recurso debe ser aprovechado al máximo en el momento actual. Ya vamos con retraso, pero lo que no se puede hacer es forzar las negociaciones hasta romperlas por ocupar un sillón más o menos. Sería muy irresponsable. Lo que pasa es que uno ya no se sorprende de lo que propugnan quienes dicen llegar a la política para cambiarlo todo, porque los hechos nos demuestran que suele ser para mucho peor.

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