Luis Jaramillo - Punto de vista
Controlar el poder
«Lástima que el faro de la información nacional sea tan ombliguista y solo exhiba las desavenencias y enfrentamientos de Madrid en lugar de poner en valor donde las cosas se hacen o por lo menos se intentan hacer bien»
Se sabía que llegaría la segunda ola de la pandemia y parece mentira que haya quién de prioridad a la lucha política en vez de volcar y unir esfuerzos para tratar de controlar la propagación del virus. Sabemos que hasta que no haya vacuna, y todavía tardará, hay que tomar todas las cautelas y hay quién no lo está haciendo, como los grupos de insensatos insolidarios que desoyen todo consejo e irresponsablemente propagan los contagios, como tampoco lo hacen aquellos políticos que se empeñan en imponer sus criterios y su interés político y con ello propiciar un caos que nos arrastra a todos.
Justo es señalar que Castilla y León está siendo un ejemplo en la lucha contra la pandemia que si se siguiera en toda España la cosa sería diferente. Con aciertos y errores, que de todo hay, prima el sentido común, los criterios científicos y la responsabilidad de la gestión. El Gobierno de coalición de la Junta de Castilla y León es un ejemplo de funcionamiento hacia el interés común, sin la existencia de luchas internas que trasciendan y condicionen el verdadero objetivo, que no es otro que frenar la propagación del virus. La oposición cierra también filas y eso es de agradecer. Castilla y León da una lección, una gran lección, a la Comunidad de Madrid de lo que significa afrontar esta crisis sanitaria. También lo hacen los partidos políticos, que no se están dejando llevar por las luchas cuarteleras e irresponsables que dan los suyos en Madrid, imbuidos de que solo lo que pasa en la capital del Reino es lo que interesa, lo que existe, lo que vale. Es verdad que Madrid es muy importante, el motor de la nación y por eso nos afecta a todos. Es el escenario de la lucha por el poder antepuesto a todo. Afortunadamente aquí hoy prima unir esfuerzos contra la pandemia y por eso la hoja de ruta no ha estado plagada de vaivenes, de intereses partidarios y, sin dejar a un lado la crítica política y los roces que son lógicos, todos han unido fuerzas.
Si en tantas ocasiones nos quejamos del seguidismo que se hace en todo de la política nacional, afortunadamente ahora no pasa. Lástima que el faro de la información nacional sea tan ombliguista y solo exhiba las desavenencias y enfrentamientos de Madrid en lugar de poner en valor donde las cosas se hacen o por lo menos se intentan hacer bien.