Luis Jaramillo - Punto de vista

Banda de esperanza

«Nadie quiere la soledad y nos vamos a las grandes urbes donde, es curioso, la soledad se vive con más dolor y ansiedad, pero las luces led y el ruido parecen un compañero que luego no es tal»

María Jesús Almazor, delegada de Telefónica España, ayer en la presentación de la extensión del 5G en Castilla y León F. HERAS

Luis Jaramillo

Ayer Telefónica anunció su despliegue del 5G en la Comunidad en unos términos esperanzadores: cobertura en todas las capitales y en 90 municipios de la región antes de final de año. La noticia no puede pasar desapercibida por cuanto supone conectar a los principales núcleos de población de Castilla y León a la más avanzada red tecnológica y estar en disposición de poder utilizarla en el momento en que sus servicios estén desplegados.

La banda ancha se ha convertido en un eje de nuestras vidas incluso para muchos es la tabla de salvación de nuestro medio rural. Media tabla es posible, la otra media no lo veo yo tan claro. Media, porque es verdad que si nuestro medio rural oferta posibilidades de vida on line, habrá quién se sienta atraído por las ventajas del campo y la calidad de vida en nuestros pueblos y ciudades para emprender su apuesta de futuro. Pero la otra media no está tan clara, porque es un hecho que la gran mayoría de nuestros jóvenes, y a veces no tan jóvenes, desean núcleos de población grandes, muy grandes, para amarrar sus vidas. No es algo que les pase a los castellanos y leoneses, es algo que pasa en todo el mundo donde vemos que las grandes urbes crecen y las medianas y pequeñas se vacían.

Castilla y León es grande, muy grande, ancha es Castilla, con muchos núcleos de población y con muy pocos habitantes en ellos. Nuestros jóvenes ven allí falta de oportunidades, soledad, hasta miseria. Ven el vaso medio vacío y jamás medio lleno. Además, nos hemos acostumbrado a tener todo a la puerta de casa y en cuanto esto no es posible salta la chispa y la migración consecutiva. Nadie quiere la soledad y nos vamos a las grandes urbes donde, es curioso, la soledad se vive con más dolor y ansiedad, pero las luces led y el ruido parecen un compañero que luego no es tal.

Por eso creo que la banda ancha, las rápidas y universales comunicaciones son vitales para atajar el problema. Pero la otra parte es tarea de todos, de crear oportunidades, de favorecer a las familias, de crear servicios con isócronas lógicas y sensatas y dejar a un lado la utilización política de todo lo que se mueve. Claro que, si vemos que hasta la pandemia se usa para la política y es la salud de todos, pues apaga y vámonos. Esperemos que el nuevo 5G llegue a tiempo para generar esas oportunidades que no se nos pueden escapar. Yo al menos apuesto por ello.

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