Luis Jaramillo - Punto de vista
Autonomías
«En tiempos donde las fronteras se estrechan, nosotros nos encerramos y creemos que ceder el mando nacional cuando hay una emergencia en el país es también una cuestión política»
Si echamos un vistazo a los acuerdos que alcanzaron en Madrid los presidentes de Castilla y León, Castilla-La Mancha y la Presidenta de Madrid, todo hace referencia a la colaboración, coordinación, compartir recursos, intercambiar información y medidas, para hacer frente a la pandemia. No deja de sorprenderme que a estas alturas haya que escenificar estas situaciones cuando uno da por hecho que deberían existir siempre. Ya comprobamos que en la lucha política en este país vale todo y las críticas se disparan con lo primero que viene a la cabeza, pero es que estamos en una situación que ha cambiado nuestras vidas y que debería exigir una altura de miras que muy pocos tienen. Cualquier medida se discute, se cuestiona como si se tratara de una charla de café. Todos los afectados por una medida se consideran agraviados y se crea un cierto clima irrespirable que lo embarra todo. Y claro, entran las redes sociales y entonces la cosa se desboca, porque ahí basta con darle al «dedito» para soltar la primera ocurrencia, insulto, descalificación o lo que sea. Un verdadero desiderátum.
Decía lo de la reunión de las comunidades autónomas, porque echo en falta un mando único para abordar soluciones a la pandemia. No es un tema de territorios, de provincias o de pueblos, es un tema de todos porque con la movilidad que hoy tenemos abarca la dimensión que tenga nuestra capacidad de viajar. Por eso no creo en 17 soluciones. Las autonomías han traído mucho y bueno para nuestras vidas pero no todo ha sido así. Porque lo que era acercar la administración al administrado se ha convertido en la creación de 17 miniestados que miran demasiado su propio ombligo y se olvidan de la importancia de lo común. Generalizar es muy injusto y es un hecho que no todos actúan igual. Castilla y León siente el orgullo de lo español como propio y mantiene una lealtad con España incuestionable. Pero ese «virus» autonomista también aparece y así, por ejemplo ya que hablamos de sanidad, cualquier historia clínica de un paciente aquí no pueda ser consultada profesionalmente on line si enferma en otro territorio. Nos estamos aislando demasiado. En tiempos donde las fronteras se estrechan, nosotros nos encerramos y creemos que ceder el mando nacional cuando hay una emergencia en el país es también una cuestión política. Tanta bisoñez nos llevará al desastre, desde luego a la descoordinación y obliga a escenificar situaciones que deberían darse sin que fueran noticia.