El lugar de los sueños de Castro Prieto

El premio Nacional de Fotografía de 2015 ha convertido su pueblo salmantino de origen en motivo fundamental de su obra. Cespedosa de Tormes da título a un proyecto de más de 40 años

«Carretera de Cespedosa» (1987), imagen del extenso trabajo de Castro Prieto sobre la localidad salmantina CASTRO PRIETO

C. MONJE

El Moralejo, Pramercado, el Toconal, Muñopepe, el Pilón Viejo, las Huertas, el Guango, los Corrales... Son topónimos de Cespedosa de Tormes, lugares cuyo nombre apenas conocerían algunos vecinos del pueblo salmantino al que pertenecen si no fuera porque Juan Manuel Castro Prieto los ha situado, al igual que a sus vecinos, en el mapa de la fotografía española.

«A Castro Prieto lo nacieron en Madrid pero su memoria la ha fijado en las coordenadas del pueblo salmantino en el que vivió su infancia, donde recibió la impronta del afecto, el juego infantil, el primer secreto, la primera foto, el primer amor», escribe en el libro-catálogo Cespedosa el también fotógrafo Chema Conesa, comisario de la exposición homónima que ha recorrido numerosas salas españolas y cierra ahora su estancia en San Sebastián. «Por largos y frecuentes que han sido sus viajes, Castro Prieto nunca se ha alejado de Cespedosa, del universo abolido de sus antepasados, de la luz cenicienta de sus inviernos y la mágica reverberación de sus veranos», ratifica en la misma obra el especialista Publio López Mondéjar.

«Siempre vuelvo y siempre con la cámara, intentando atrapar la raíz de mis sueños», confirma Castro Prieto tras recordar el germen de su vocación en los veranos de la niñez: «Mirando a un punto indeterminado del paisaje, soñaba que cuando creciera me compraría una cámara de fotos para llevarme a Madrid el brillo de la mica en las piedras, las bellotas entre las hojas de las encinas y las vacas en los prados. Cuando ya mayor redescubrí la fotografía, mi primer carrete lo tiré en Cespedosa, en la caseta de Los Corrales mientras fuera caía una tormenta de verano».

«Sofía, Irene ,Aurora»(2015), fotografías de la serie «Cespedosa» CASTRO PRIETO

Desde ese primer carrete han pasado más de cuarenta años y, por mucho que haya recorrido medio mundo con sus proyectos fotográficos, Cespedosa continúa como referencia ineludible en el hacer del premio Nacional de Fotografía de 2015. Al margen del trabajo monográfico sobre el lugar y sus gentes, el pueblo salmantino está presente, de alguna manera, en el resto de su producción. También en lo que el autor considera el «hilo conductor» de toda su obra, «Extraños», esa «destilación» de la que nacen sus fotografías «más metafóricas, más simbólicas», las que hablan más de él mismo.

El otro lugar de Castro Prieto es Perú, a donde viajó por primera vez en 1990 con la excusa de una exposición de quien era su fotógrafo favorito, Martín Chambi. «Se puede decir que es una experiencia que me marca la vida», reconoce. Pero el «sueño» de recorrer esa tierra venía de lejos, del niño que leía los tebeos de Tintín y quedó atrapado por una imagen romántica. No recuerda exactamente las veces que ha viajado al país andino, «deben de ser quince». «Si pudiera, me iría mañana mismo».

Etiopía e India también forman parte de los escenarios sentimentales de este fotógrafo que trabaja con cámara de placas sin renunciar al tratamiento digital posterior. Aunque a donde siempre vuelve, una y otra vez, es a Cespedosa de Tormes.

El lugar de los sueños de Castro Prieto

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