Artes&Letras / Teatro
Luces en una temporada sombría
El curso que acaba ha dejado una floja cosecha escénica. De fuera de la Comunidad han llegado propuestas destacadas, como las protagonizadas por Lola Herrera, Concha Velasco y Fernando Cayo
Los años sin una financiación adecuada y los excesivos impuestos a las artes escénicas se han notado en la presente temporada. Se recuperan espectadores a estándares de antes de la crisis, pero no el número de espectáculos y, lo que es peor, la calidad de los mismos. La «cosecha» de la temporada 2016/17 ha sido floja en propuestas de interés en toda España, de la que no se salva Castilla y León, y en esta Comunidad las empresas de producción teatral se tambalean de manera alarmante. En tanto estos parámetros encienden una luz de alarma, en el extremo opuesto los Festivales, Titirimundi en Segovia, el TAC en Valladolid y Olmedo Clásico, resisten y progresan.
Las administraciones a través del INAEM y de la Consejería de Cultura han mantenido esta temporada los programas Platea y Ares, el primero iniciado en 2014 y el segundo en 2009. Ambos se orientan a paliar las carencias económicas de los ayuntamientos, que les llevó en la época dura de la crisis a dejar de programar o a reducir la oferta a la mínima expresión. El objetivo compartido se concreta en la programación de compañías profesionales de teatro y danza, en espacios escénicos de titularidad pública.
Las empresas de producción teatral se tambalean, mientras los festivales resisten y progresan
Para articular los planes, las empresas de producción y distribución inscriben los espectáculos en las web de los organismos oficiales, y los teatros públicos los solicitan para la programación, obteniendo recursos económicos con diferentes fórmulas de financiación. De esta manera, en la presente temporada, como en otras anteriores, Platea y Ares han contribuido a mantener la cartelera, sin intervenir en los criterios de cada teatro de titularidad pública. Los dos planes aportan fondos para la subsistencia del sector, pero se echa en falta diseño de políticas culturales para la creación de un tejido teatral sólido.
Las diputaciones aportan recursos para la programación en localidades pequeñas, donde acuden compañías profesionales y asociaciones de teatro amateur, pero sin políticas de públicos, los asistentes se estancan o retroceden. Las entidades provinciales de Zamora y Valladolid son titulares de teatros en las respectivas capitales, aunque la gestión la llevan empresas privadas. La oferta de estos teatros obedece a parámetros comerciales y los criterios económicos de las empresas que regentan ambos espacios ha llevado a suspender espectáculos en el Ramos Carrión de Zamora, cuando el número de entradas vendidas ha resultado escaso. Ha sucedido con La Celestina de Atalaya o Serlo o no serlo con Flotats.
Se afianzan Fantasía en Negro y Teloncillo, y avanzan el Ballet Contemporáneo, Spasmo y el grupo de Lucía Miranda
En el ámbito de las compañías de Castilla y León se afianzan Fantasía en Negro (teatro negro) y Teloncillo de teatro infantil, y dan pasos hacia adelante el Ballet Contemporáneo, Spasmo Teatro (gestual) y el grupo que se articula en torno a Lucía Miranda. En lado opuesto, las veteranas Corsario, Rayuela, Teatro del Azar o Quimera de Plástico pasan por las dificultades de no dar con la tecla artística para reclamar la atención de programadores y público. Las emergentes, formadas por jóvenes actores, con propuestas de interés se consolidan con lentitud, en buena medida por falta de directores que les proporcionen el espaldarazo definitivo.
Este panorama un tanto sombrío se atenúa con importantes propuestas que han desfilado por teatros de la Comunidad. En el recuerdo, El Quijote de la CND, El público de Lorca, dirigido por Rigola; o el paso de cuatro grandes actrices Blanca Portillo (El cartógrafo de Mayorga), Nuria Espert, en una de sus mejores interpretaciones recientes, (Incendios de Mouawad), Lola Herrera (La velocidad del otoño) o Concha Velasco (Reina Juana), presentada en el LAVA. En este espacio brillaron La respiración, de Sanzol, o Páncreas, con Fernando Cayo. Del extranjero, Kemp dances, del artista inglés, estuvo a la altura esperada en el Principal de Zamora y el Calderón.