Ignacio Miranda - POR MI VEREDA
Líos de progenie
«Al lado de tantos líos de progenie, la vida de Macron y la profesora Brigitte suena de lo más anodino»
La paz del camposanto de la localidad soriana de Quintana Redonda se quebró por unas horas un día gélido de finales de marzo. Con toda su parafernalia, una comisión judicial «tomó» esa mañana el camposanto nevado para interrumpir el descanso eterno de Leoncio González de Gregorio y Martí, terrateniente de recia prosapia castellana que fuera esposo Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia e historiadora de impasible el ademán, entre el tabaco y la voz cazallera. El motivo no era otro que exhumar sus restos para extraer muestras de ADN, y cotejarlas con el de Rosario Bermudo, una ciudadana de 66 años que interpuso una demanda de paternidad para demostrar que su madre, sirvienta en la casa, mantuvo una relación con el difunto de la que nació ella.
La escena vivida evocaba el Entierro del Señor de Orgaz, en versión inversa y moderna. Más aséptica, desangelada y secularizada. Sin frailes ni caballeros de la Orden de Santiago. Sin el milagro de la aparición de San Esteban y San Agustín, con dalmática y capa de filigrana, en las exequias de un noble. Aquí, una forense en presencia del juez, del secretario y de varios guardias civiles recogió unas muestras en una nevera de camping para despejar la duda.
Con un 99,99 por ciento de certeza, las pruebas científicas ahora conocidas confirman que la demandante es hija del hacendado soriano, condición indispensable para reclamar parte de la herencia de papá. Más leña al fuego. Sus hermanos paternos siguen a la gresca por el reparto del patrimonio de la contestataria duquesa roja, quien en su palacio sanluqueño se casó «in articulo mortis» con su secretaria. Al lado de tantos líos de progenie, la vida de Macron y la profesora Brigitte suena de lo más anodino. Por eso, algún avezado guionista televisivo está trabajando en el argumento. ¡Ya tenemos serie!
