Sucesos

El marroquí que irrumpió a gritos en una boda, ingresado en una unidad de psiquiatría

Se le imputa un delito de alteración del orden público

Invitados a la boda intentan reducir al marroquí que irrumpió en la Iglesia de San Pablo de Valladolid F. BLANCO

ABC.ES

El joven de 21 años que el pasado sábado fue arrestado por irrumpir a gritos en una boda en la Iglesia de San Pablo de Valladolid se encuentra en una Unidad de Psiquiatría, han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

Ayer, el joven marroquí pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Valladolid, donde no prestó declaración ya que, según el informe del médico forense, no se encontraba en condiciones de salud para hacerlo. Ante esta situación, se acordó su traslado a una Unidad de Psiquiatría con el fin de efectuar una evaluación de su estado , determinar su diagnóstico y analizar un posible tratamiento. Tras ello, se decidirá sobre su toma de declaración judicial.

El Juzgado ordenó la libertad con cargos del arrestado, quien será investigado por la supuesta autoría de delitos de amenazas, desorden público, contra los sentimientos religiosos y daños.

M.K.K., que reside en Valladolid con un permiso de estudiante y no tiene antecedentes, irrumpió a gritos el pasado 3 de junio en la ceremonia religiosa, que se inició a las 18,30 horas, según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid tras el suceso. El Cuerpo Nacional de Policía detuvo al supuesto autor y una dotación del equipo de desactivación de explosivos inspeccionó el templo, tras lo que pudo reanudarse la celebración.

«Nos estábamos dando la paz y subió»

«Estábamos en el momento de darnos la Paz cuando se empezaron a escuchar voces de barullo en la Iglesia», rememoró para ABC el sacerdote que, en un primer momento, pensó que se trataba «de algún grupo de jóvenes alborotador y poco más». Sin embargo, justo cuando realizaba el saludo tanto a los testigos y padrinos como a la flamante pareja de novios «me di cuenta de que alguno de ellos miraba para atrás soliviantado». Fue entonces cuando vio «a una persona dando voces».

Desde la sacristía de San Pablo, el cura detalló a ABC que «lógicamente» los novios «estaban muy inquietos y disgustados» porque «el día más feliz de su vida les había quedado ese matiz de violencia y enfrentamiento».

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