Antonio Piedra

Un leonés en Caracas

Zapatero ha viajado a Venezuela con gastos pagos y con besamanos incluido al dictador Maduro

ZP , el leonés universal, se encuentra en Venezuela, capital Caracas, para certificar la transparencia democrática de las elecciones chavistas que se celebran hoy. Cuatro mentiras, y bien gordas, en poco menos de dos líneas, que ya es economía de lenguaje. Primera trola sostenida: Zapatero tiene de leonés lo que un canguro y un pato : lo que se ponga en un cocido maragato. Segunda patraña con repisa: que el falso leonés vaya a certificar algo transparente. En España cosa difícil. En Venezuela tan peligroso como quien se limpia el ojo con el codo: seguro que lo coden. Tercer timo con retranca: que la codida sea democrática. Imposible en tiranías bananeras. Y cuarto embrollo imaginativo: que existan elecciones chavistas en algún sitio. Eso es como insultar a la tontería genérica del globo terráqueo.

Pues para conciliar todos estos imposibles, ha viajado Zapatero a Venezuela con gastos pagos y con besamanos incluido al dictador Maduro . Éste lo ha dejado claro desde el principio: ojito con lo que se hacen estos «acompañantes de las legislativas» como Zapatero, porque «si alguien abusa de la vida interna de Venezuela y el Poder Electoral dictamina que debe ser expulsado del país», se irá de inmediato por donde capan los pepinos. Advertencia sobrante o inútil en el caso de ZP. Este leonés de quita y pon , que distingue con dificultad el conejo del salmorejo, ha tranquilizado al sátrapa con una sonata en sol mayor a lo Johann Sebastian Bach: «Vengo a hacer una tarea con sentido de la responsabilidad». Amén.

O sea, señor@s, que el fantástico leonés del paro, el agitador de oficio que fuera de micrófono advertía que «nos conviene que haya tensión» , el patriota que llevó a España a la quiebra económica, el genial político que fue definido por Rajoy en sede parlamentaria como de «bobo solemne», y el correveidile que ahora mismo confunde a la casta de Podemos con socialdemócratas convencidos, ha ido a Venezuela para lo que nos temíamos: para que Maduro vuelva a ganar las elecciones de hoy domingo. Su acompañamiento no lo refrenda ni la oposición chavista, que es la gente más desprotegida y masacrada en campaña electoral. Lo dice a micrófono abierto el padre de Leopoldo López : «A Felipe González no le dejen entrar y a ZP le recibe Maduro; algunos se prestan a ser tontos útiles y otros no».

Diferencias esenciales donde las haya. Lo que hoy ocurra en Venezuela, gracias a Dios, no dependerá para nada del acompañamiento de este leonés impostado, llamado ZP, que ha rebajado las exigencias democráticas a una satrapía de provincias en donde votan hasta los muertos. El desmadre fue tal en las elecciones de 2012 que incluso 65 votantes mancos votaron por el procedimiento de huella digital. Así ocurrió en Tamacuro . Por algo se dice en León con absoluta propiedad, y desde el siglo XV, que manos duchas comen truchas.

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