Economía

Lactalis mantiene ante Herrera que cerrará Lauki, pero se abre a la venta

La Junta pide que se paralice el ERE mientras se analizan las opciones

Herrera se reunió ayer con el director de relaciones exteriores del Grupo Lactalis, Michel Nalet ICAL

I. JIMENO

«Una posición muy cerrada». Es el resumen que hizo ayer la consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, de la reunión mantenida en París con el director de relaciones exteriores del Grupo Lactalis , Michel Nalet, para intentar frenar las intenciones de la multinacional gala de cerrar su planta de Lauki en Valladolid. Con tono serio, Marcos no quiso definir como decepcionante un encuentro que ha costado fraguar -el cierre se anunció el 10 de marzo- y en el que ha sido clave la mediación del embajador de España en Francia, Ramón de Miguel e Igea, pero regresan a España con el mensaje «firme» de Lactalis de que Lauki tiene fecha de caducidad: 30 de junio.

Cierra la puerta a continuar con una actividad surgida en 1954 de manos de un grupo de ganaderos (Central Lechera Vallisoletana) y de la que tomó las riendas en 2004, pero al menos abre una ventana que hasta ahora mantenía clausurada a cal y canto: la que tiene vistas a la posibilidad de vender las instalaciones a otra empresa para que se mantenga la actividad a orillas del Pisuerga. La Junta encontró la llave que abría ese candado «en un segundo momento», en el que el representante del gigante lácteo accedió a «flexibilizar» esa opción y, «en principio, estarían abiertos a la reconsideración de futuros compradores». «Se ha puesto encima de la mesa la posibilidad de la venta», apuntó Marcos al término de casi tres horas de reunión. Una alternativa hasta ahora descartada por Lactalis y en la que desde la Junta «seguiremos insistiendo».

Es el segundo itinerario que se plantea el Gobierno de Herrera, que incidió ante la multinacional francesa en sus argumentos -con el informe elaborado por la Fundación Anclaje y el respaldo de todos los grupos políticos en la mano- sobre la «necesidad de seguir hablando», convencidos de la «viabilidad» de la fábrica. La base de sus planteamientos, elementos «clave» tanto desde el punto de vista económico, como humano, de productividad, de calidad y localización. Herrera apeló a la «calidad humana» del trabajo de los 85 empleados, su «vinculación y compromiso laboral» -están dispuestos a bajarse un 10% el sueldo-, la posición «estratégica» de Valladolid respecto al principal mercado de Lauki (Madrid), así como la «calidad» del producto, la «rentabilidad» de la planta, sus opciones de «crecimiento y mayor competitividad» y los apoyos a la modernización comprometidos -hasta el 40% por parte de la Junta para modernización-.

«Cerrada a la negociación»

Pero la posición de Lactalis «es muy cerrada a la negociación», reconoció Marcos, pues «no les gusta la opción de reconsiderar la posibilidad de no cerrar la planta». «Seguiremos insistiendo hasta donde se pueda», incidió la consejera, quien recalcó que la competitividad de la Lauki está garantizada y más «si no se hubiera decidido desde 2011 a la mitad la producción y la plantilla», lo que demuestra que es un cierre «absolutamente planificado».

Argumentos por escrito

Esos argumentos llegarán también por escrito a Lactalis, a quien Juan Vicente Herrera se los enviará, una vez abierto un proceso de diálogo que «ha tardado más de lo que se piensa razonable» con una empresa que va a cerrar. «Esperamos que la interlocución pueda continuar. Es lo mínimo», reclamó Marcos, quien censuró que la decisión de Lactalis se base «exclusivamente» e n términos de competitividad de la multinacional . En ese documento, la Junta también pretende «forzar» que mientras se analizan esas opciones «se paralice» el ERE de extinción registrado. Algo que «les ha sorprendido», admitió Marcos, ya que «creen que están apoyando a los trabajadores» al ofrecerles recolocaciones en otras plantas que tienen en España.

El presidente del comité de empresa de Lauki, José Manuel González, lamento la falta de avances concretos, informa Ical. «Teníamos puestas más esperanza en este encuentro, pero también sabíamos que a esta gente, que no tiene ni corazón ni alma, les importamos muy poco», dijo, a la vez que agradeció el apoyo que están recibiendo de la Junta.

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