El jurado considera culpable al matricida de Parquesol

Dictamina, por unanimidad, que la muerte de la anciana a manos de su vástago constituye un delito de asesinato

Juicio en la Audiencia Provincial por el homicidio de una mujer a manos de su hijo en Valladolid ICAL

ABC

El jurado popular ha emitido veredicto de asesinato en el caso del vallisoletano César F.M , el vecino del barrio de Parquesol que el 28 de enero de 2018 dio muerte a su progenitora , Sacramento M, de 73 años, tras suministrarle dosis letales de medicamentos.

Las cinco mujeres y cuatro varones integrantes del jurado, que recibieron en la tarde de este miércoles el objeto del veredicto, han dictaminado, por unanimidad, que la muerte de la anciana a manos de su vástago constituye un delito de asesinato en el que sólo se aplica la circunstancia atenuante de confesión de los hechos, sin que los mismos aprecien la de embriaguez.

Conocido el veredicto, la magistrada ha concedido un receso de diez minutos para que las partes modifiquen o mantengan sus conclusiones. La fiscal del caso, que había pedido una condena de veinte años de prisión, ha mantenido invariable su petición de condena, mientras que la defensa del encausado solicitaba dos años de internamiento por delito de cooperación al suicidio, que se verá obligada a modificar, informa Ep.

Tanto en la primera jornada del juicio, iniciada el pasado día 12 de diciembre, como en la última este miércoles, donde el acusado hizo uso de su derecho a pronunciar unas últimas palabras, César F.M. mantuvo su versión de la cooperación al suicidio. «Mi madre era plenamente consciente de que me quería suicidar y no deseaba sobrevivir a mi muerte. Es lo que más quería en el mundo y jamás la habría hecho daño!», reiteró.

Pese a ello, la fiscal rechazó tal planteamiento por que «ni ella, la víctima, estaba en condiciones de asumir ni comprender ese supuesto pacto ni él tenía verdadera intención de suicidarse a posteriori», afirmación que basaba en el primer caso en el hecho de que la anciana, tras el ictus sufrido en 2015, ni entendía ni se hacía entender y, además, porque César no quería morir sino «únicamente llamar la atención».

Pero además, la acusadora consideraba que el delito invocado por la defensa «no reúne ninguno de los requisitos», esto es, «la necesidad de que hubiera una petición expresa e inequívoca de la víctima y, por otro lado, que la anciana sufriera padecimientos insoportables que la llevaran a formular tal solicitud».

Para fundamentar la incapacidad de la anciana para sellar con su hijo pequeño un supuesto pacto de suicidio, la fiscal hizo mención a varios de los vídeos grabados por el acusado -parte de ellos fueron visionados en el juicio- en los que Sacramento se muestra fría y realiza meros gestos con la cabeza a preguntas «sugestivas» de César en cuanto a si ella quería «irse» con él, sin utilizar nunca la palabra muerte.

«¡¿Ustedes creen que la madre iba a permanecer así de inmutable mientras su hijo le trasladaba su intención de suicidarse?, salvo que ella no supiera lo que iba a pasar y desconociera lo que se le avecinaba», preguntó la representante del Ministerio Fiscal a los miembros del jurado en su alegato final.

De ahí que mantuviera la calificación de asesinato, ya que la muerte de Sacramento, a su juicio, se produjo de forma alevosa, «puesto que se encontraba desvalida y sin capacidad de defenderse», y con la agravante de parentesco, a pesar de lo cual mostró una «frialdad increíble». Sí aplicaba al reo la atenuante de confesión pero no la de embriaguez al no considerar probado que en el momento del crimen se hallara bajo la ingesta de bebidas alcohólicas.

Cooperación al suicidio, según la defensa

La defensa, por contra, mantenía la tesis de la cooperación al suicidio y por ello solicitaba inicialmente el internamiento por espacio de dos años de su patrocinado en un centro en el que pueda recibir tratamiento. «Se trata de un enfermo con una enfermedad crónica y por eso pedimos ayuda en forma de internamiento», justificó la letrada.

Y es que la representante legal de César consideraba probado que «la voluntad de Sacramento era la de no sobrevivir a su hijo y él se limitó a facilitarle las pastillas, pero fue ella la que las tomó pues tenía capacidad tanto de movimiento en su lado derecho como de comprender lo que se le estaba planteando».

El procesado fue detenido el 29 de enero en el hotel 'Bali' de Benidorm (Alicante), establecimiento en el que se había alojado la noche anterior con la supuesta intención de acabar con su vida, arrojándose desde la terraza de su habitación, tras haber dado muerte ese mismo día a su progenitora mediante la ingesta de medicamentos.

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