Junta y opas exigen a Gobierno y UE que la agricultura familiar profesional sea «bandera de la nueva PAC»
Jesús Julio Carnero insta a Planas a llegar a un acuerdo sobre la nueva Política Agraria Común en el próximo Consejo de Ministros de la UE para dar al sector primario «certidumbre»
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural volvió a unir fuerzas ayer con las organizaciones profesionales agrarias, en el marco del Consejo Regional Agrario, para exigir al Gobierno de España y a la Unión Europea que la agricultura familiar profesional sea «bandera de la nueva PAC», que se espera sea aprobada en el próximo Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión, que se celebra entre los días 28 y 29 .
Así se lo hizo saber el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta, Jesús Julio Carnero, al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, Luis Planas, durante el Consejo Consultivo celebrado junto al resto de consejeros de las diferentes comunidades, en el que Carnero también instó a Planas a «llegar a un acuerdo de la PAC» para dar al sector primario «certidumbre».
«Llevamos mucho hablando de la PAC y aún no se ha logrado un acuerdo», lamentó Carnero, en su primera jornada de trabajo intensa con el sector tras su reincorporación al puesto después de superar el Covid, pidiendo por ello a todos los ministros de la Unión que «sean capaces de llegar a un acuerdo para la certidumbre y la estabilidad de nuestros agricultores y ganaderos», informa Ical.
Reconoció, no obstante, Carnero las divergencias que están impidiendo el acuerdo, entre las que citó «la arquitectura verde», ante la que el consejero mantuvo que «la sostenibilidad medioambiental no puede permanecer soltera, tiene que estar casada con la sostenibilidad económica y la sostenibilidad social».
El consejero ofreció al ministro «total colaboración» para la futura construcción del plan estratégico nacional, en el que, en aplicación de la nueva PAC, el pago redistributivo «debe ir dirigido al agricultor genuino», al igual que las ayudas directas, cuyo límite debe ser del 15 por ciento, y en la convergencia «pausada» de las mismas, en el entorno del 85 por ciento que «España ya cumple» dentro de una PAC que Carnero defendió que «nunca debe perseguir un carácter sancionador ni inquisitorial, sino orientativo» en su condicionalidad.
El punto más importante marcado por el consejero ante el ministro, no obstante, fue la necesidad de que la agricultura familiar profesional «impregne toda la PAC», a través de la figura del agricultor genuino que desde la Junta defienden de la mano de las organizaciones profesionales agrarias, frente a una valorización y aplicación que «no se está viendo en la fase final de la negociación».
«Unidad y defensa» ante Europa y el Ministerio
En la misma línea se posicionaron los representantes de las organizaciones profesionales agrarias tras la reunión del Consejo Regional Agrario. Y es que el presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, defendió que, ya que la agricultura familiar de la comunidad «ha hecho el esfuerzo de reestructurarse, no puede ser que ahora le quiten un solo euro para dárselo a los agricultores no profesionales». Por ello, Dujo ofreció al consejero «unidad entre Consejería y OPA para defendernos ante Europa y el Ministerio».
Por su parte, el coordinador de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín , lamentó que con la nueva PAC los agricultores vayan a tener «menos dinero para repartir entre los mismos preceptores» al abrir el Ministerio la «enorme puerta» a los agricultores que cobran menos de 5.000 euros por hectárea. «A esos 400.000 agricultores se le tiene que exigir lo mismo que a cualquiera», señaló en relación al desequilibrio con el agricultor profesional, que para Palacín debe ser el único que cobre ayudas de la PAC ante una política agraria común «con menos presupuesto, más requisitos y mercados más inestables».
Por último, el secretario general de la alianza UPA-COAG en Castilla y León, Aurelio González , reivindicó la explotación familiar agraria profesional como «la apuesta» de la comunidad porque «es la que va a mantener nuestros pueblos» frente al modelo de macroexplotaciones.
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