La Junta se compromete a «compensar» el «intenso sufrimiento» de la hostelería
Asume que el nuevo cierre provocará «un desgaste y una pérdida de empleo y económica muy importante»
En busca del tendido de sol en una jornada en el que al astro rey lució, pero apenas logró poner el termómetro en positivo unos grados, clientes y hosteleros afrontaron con resignación el nuevo día de cierre total de bares, cafeterías y restaurantes en interior. Las terrazas como única opción, para quien tenga posibilidad y encuentre consumidores dispuestos a tomarse el café o la caña a la intemperie. Sólo el 50 por ciento de quienes disponen de servicio en exterior levantaron ayer la persiana , según las estimaciones de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León. Con reparto desigual en función de la ubicación, el entorno en el que están y de si disponen también de servicio de comida para llevar, que sí se puede mantener. No mantener la caja a cero y la mente ocupada ante el tercer cierre motivaron a muchos a abrir para un servicio «residual» dada la época del año y las gélidas temperaturas.
Malestar y resignación entre hosteleros y clientes. Comprensión con el enfado por parte de la Junta de Castilla y León, cuyo vicepresidente, Francisco Igea, se reunió ayer con los representantes del sector para «explicar» por qué las medidas se han adoptado «con tanta rapidez». ¿El motivo? La velocidad de crucero, con una «pendiente» incluso mayor que la de la primera ola, que ha tomado de nuevo el virus. Lo que obliga a actuar de forma «urgente», recalcó el también portavoz, quien defendió que no se han cambiado los criterios. «No son los responsables, no son los culpables. Todo lo contrario. Son quienes nos van a sacar de aquí con un sufrimiento muy intenso, y con un desgaste y pérdida de empleo y pérdida económica muy importante que nosotros tenemos que intentar compensar», reconoció.
Según dijo, los hosteleros «han comprendido el por qué» de poner de nuevo en marcha unas restricciones que ya se demostraron «eficaces» en la segunda ola. «Lo que está en juego son vidas humanas» y «en ese platillo no hay nada que compense», incidió a la vista de la situación epidemiológica y sanitaria «muy complicada». Aseguró que en el Gobierno autonómico son «plenamente conscientes» del impacto en el sector hostelero y asumió que desde la hostelería reclaman, «con razón», ayudas y que sean directas. En este sentido, apuntó las que ya están en marcha y las que se pondrán, con el compromiso de «estar siempre a la cabeza de las administraciones que ayudan al sector».
Coordinar ayudas
Y seguirán trabajando p ara implicar más a los ayuntamientos, para que sigan poniendo en marcha medidas e «intentar no repetir» las ayudas y decisiones. El cierre decretado por la Junta tampoco gusta en otro de los sectores afectados, el de las grandes superficies comerciales -más de 2.500 metros cuadrados- que desde ayer tuvieron que volver a bajar la persiana justo en plena campaña de rebajas.
Desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), advirtieron del «derrumbe comercial y de empleo» en un sector que genera más de 8.000 puestos de trabajo directos en Castilla y León. Ven «injustificado» el cierre, el tercero en menos de doce meses. Apenas han podido abrir seis de cada diez días. Advirtieron del impacto en otros sectores como la limpieza, la logística o la seguridad. «Hubiera sido deseable una mayor comprensión de la Junta a la hora de concertar con el sector medidas efectivas» y «menos traumáticas para la economía y el empleo», reclamaron desde Anged. Además de considerar «discriminatorio» el cierre, ya que se mantiene abierto el resto del comercio.
El pequeño comercio reclama inspección
Desde la Confederación de Comercio de Castilla y León (Conferco) reclamaron una «exhaustiva vigilancia e inspección» para que «no se vuelvan a producir situaciones de competencia desleal» como ocurrió en noviembre y parte de diciembre. Y alertaron de que las pérdidas acumuladas y las previsiones «pesimistas» de este arranque de año «están poniendo en riesgo la supervivencia de cientos de empresas y con ello la pérdida de miles de puestos de trabajo». Protesta también de los centros deportivos, que desde ayer tienen que permanecer cerrados. En Valladolid, frente a una de esas instalaciones, trabajadores, usuarios y familiares se concentraron para lamentar su «futuro incierto» tras una nueva clausura que no ven justificada. «Somos la solución, no somos el problema», clamaron como «espacios de salud», que cumplen con las medidas preventivas y cierran en una de las épocas con más usuarios y acusan ya la pérdida de abonados.
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