Un juez carga contra la Policía por ignorar una prueba clave de abuso sexual

Censura el «peregrinaje» de la víctima de un tatuador en Valladolid pese a aportar un pantalon con semén del ahora condenado

Tautador EP

I. Jimeno

«Desidia», «pasividad» y desmotivación . Son algunos de los calificativos con los que el magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid carga contra la Policía Nacional por haber menospreciado la declaración y, sobre todo, la prueba clave aportada por una víctima de abuso sexual por parte de un tatuador que ha sido condenado a cinco años de cárcel por tres delitos contra sendas mujeres , una de ellas menor. En los antecedentes, censura el «hecho realmente perjudicial» para «cualquier campaña de sensibilización» contra comportamientos «que perjudican seriamente a las mujeres» y que «en instancias oficiales, en este caso desde una Comisaría de Policía Nacional, se desmotive de tal manera a una víctima de un delito de contenido sexual hasta el punto de que tenga que buscar otras vías de apoyo para conseguir que su iniciativa tenga acogida judicial». Un comportamiento, añade, que «podía haber concluido en una falta de persecución» de unos hechos que se habían reiterado en el tiempo y para los que, además, censura el magistrado, la denunciante aportaba una «prueba contundente» que no recogieron y que se perdió .

Y es que, recuerda el juez en el fallo, la testigo llevó a Comisaría «incluso» el pantalón que «sospechaba manchado» de semen del ahora condenado para demostrar, como así considera la sentencia, que no fue un «tocamiento involuntario, sino que había habido una satisfacción sexual completa por parte del acusado. «Esta negligencia policía podía haber evitado un enjuiciamiento prolongado» y el «peregrinaje de declaraciones» y el «cuestionamiento constante» a la declaración de la denunciante, recrimina el juez, quien valora la actitud «beligerante» de la víctima así como, añade, la «rectificación policial una semana después» que «subsana en parte la ineficacia inicial» y una vez «perdida ya una prueba importantísima» como son los pantalones manchados de semen.

El juez elogia la «fortaleza» de una de las tres víctimas que denunciaron al tatuador –que acudió a su estudio en 2018– buscando más víctimas a través de redes sociales para «no pasar página» y frente a la «desidia policial», que reaccionó «cuando teme un problema de orden público».

El juez condena por abuso sexual a H. G. B a cinco años en total de cárcel, dos por sendos delitos contras dos mujeres y uno por otro dada la rápida reacción de la víctima. El tatuador –que sólo ofreció declaraciones exculpatorias «parcas, contradictorias y, en ocasiones hasta pueriles» – mantuvo un comportamiento reiterado de «exhibir su pene de buenas a primeras», llegó a solicitar «una paja» a una de las clientas , se masturbó mientras realizaba el tatuaje y se frotó, con los genitales fuera del pantalón, contra el muslo hasta la erección .

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