Fernando Conde - Al pairo
Juego de Tronos
«Los españoles han decidido que casi nadie se pueda sentar, a posadera plena y tranquila, en casi ninguno de los tronos en liza»
Desde el pasado 28 de abril este reino del sur llamado España se ha convertido en una suerte de grancampo de batalla por el que pululan casas y castas exhibiendo sus insuficientes y, en algunos casos, ya magras fuerzas. Los españoles han decidido que casi nadie se pueda sentar, a posadera plena y tranquila, en casi ninguno de los tronos en liza. Los españoles ya no quieren reyes de poder omnímodo ni casas dominantes que impongan su santa voluntad por la fuerza de la mayoría. Es un tiempo nuevo . En Castilla y León también. Hasta hace nada, la incontestable preponderancia del PP, los Stark de por aquí, hacía inalcanzable el trono de la Asunción para los Targaryen del PSOE , única fuerza que le había disputado esa preeminencia a los azules en los últimos 30 años. Pero hete aquí que una combinación de factores adversos: corrupción, clientelismo, escasa originalidad, cansancio -tanto exterior como interior- y la aparición de nuevos estandartes en el horizonte, como el de los Tyrell de Altojardín -alto… y caro-, venidos directamente de las estribaciones montañosas de Galapagar ; el de los Lannister de Tabarnia , con su anaranjado león rampante, o los aún débiles, pero correosos y ardientes guerreros, de vox profunda, de la casa Baratheon de Bastión de Tormentas , empezaron a debilitar esa fortaleza histórica.
En la última batalla, los Lannister de Tabarnia, comandados en esta región central por un contestatario líder -enfrentado a la gran cúpula tabarnesa a causa de un oscuro asunto- se hanconvertido en la casa determinante, la que tiene la llave para ofrecer y quitar tronos. Francisco Igea , el líder contestatario, tiene graves y desconocidas cuitas de antaño contra los Stark de toda la vida.
Pero quizá no debería olvidar el heterodoxo comandante que buena parte de sus huestes proceden de la deserción masiva que sufrieron los Stark hace ahora casi un lustro, y que esas huestes que le han arropado en la contienda librada el pasado 26 de mayo, por mucho que renegaran en su momento de su antigua casa, en ningún caso aceptarían de buen grado una alianza con los Targaryen de Luis Tudanca .
Porque siempre conviene tener en cuenta el sentir de la infantería que nutre cada ejército y su origen. Sobre todo, para evitar que, en el futuro, la deserción masiva se produzca en las filas propias.
Y tampoco conviene olvidar que antes de esta última contienda los Targaryen se hartaron de colocar a los Stark, a los Lannister y a los Baratheon en el mismo bando . Y, aunque sepamos que en el amor -al trono- y en la guerra, todo vale, no es prudente pactar con enemigos que hoy te odian y mañana te cortejan. Nunca sabrás cuándo volverán a cambiar de afectos.