Guillermo Garabito - Al margen
Juego de sillas
«La votación fue una escena de colegio. Como cuando se elegía delegado de la clase, pero con tres puestos en oferta y una urna más decorosa»
«Va a haber tiros en el pleno de hoy» me dijo un periodista mientras entrábamos en las Cortes para asistir a la primera sesión plenaria del año. Pero al final ni tiros ni revuelo en los pasillos porque el PSOE de Castilla y León ofreció una rueda de prensa minutos antes de la sesión para evitar que los procuradores llevaran el arma desenfundada y hubiera murmullos en el pleno . Con la de veces que había dicho Tudanca que no cederían uno de sus sitios en la Mesa de las Cortes para que entrara un miembro de Podemos… Se ve que en el último momento le dio por ser hombre de palabra y anunció públicamente que respetarían lo acordado. Yo preguntaba por los pasillos a cambio de qué había cedido el puesto después de tanto resistirse y todo el mundo me contestaba que a cambio de nada. Lo haría únicamente por dormir bien. Sin el cargo de conciencia de faltar a lo acordado, digo yo. O quizá había preguntado secretamente a las bases, como tanto presumió días atrás por haber sido el ideólogo de la propuesta de Pedro Sánchez.
Se dio comienzo al pleno y el primer punto del orden del día, que era la elección «de los tres Secretarios de la Mesa de las Cortes», no tuvo mayor sorpresa después de lo anunciado por Tudanca minutos antes. La votación fue una escena de colegio. Como cuando se elegía delegado de la clase, pero con tres puestos en oferta y una urna más decorosa. Se procedió a llamar a los procuradores por orden alfabético del apellido. Uno a uno se acercaban a la Mesa y entregaban el papel con el nombre de su candidato manuscrito. Y así se recorrió la lista entera, como para comprobar que no había que marcar falta de asistencia a ninguno. Entre tanto en la tribuna de prensa nos fuimos enterando de que para ser procurador en Cortes, parece, hace falta lo menos tener nombre compuesto. Los hay que hasta tienen cuatro.
Se sacaron las papeletas y se procedió al recuento. Por orden de votos los nuevos Secretarios para la Mesa fueron Óscar Reguera del PP, Carlos Chávez de Podemos y Belén Rosado del grupo de Ciudadanos. Y así terminó el juego de sillas que se traían desde hace meses en el hemiciclo a falta de tronos que batallar. Paró la música y todos volvieron a sentarse.
Mientras juraban el cargo los tres procuradores alguien a mi lado decía que hicieran el favor los ujieres de retirar la urna que bailaba al borde de la mesa y a merced de un codazo involuntario de la presidenta. A ver si se nos va a caer la urna y se nos rompe la democracia .
A la votación le siguió en el orden del día las preguntas orales, que cada vez tienen más de sesión en el psicólogo sin diván . Del tipo «¿Está satisfecha la Junta de Castilla y León con sus políticas culturales?» que parece diseñada para la introspección serena de uno mismo antes de responderse. Pero la Cámara ni es la consulta de un psicólogo ni los tiempo para las respuestas y las dúplicas los propios para andar meditando las respuestas.