Josep Sala, el último superviviente de San Marcos: «Lo peor para un país es que haya una guerra civil»

Con 107 años, recibe un homenaje en el Parador de León, campo de concentración durante la contienda, y aconseja a los dirigentes «cordura y sensatez»

Josep Sala, durante el homenaje brindado en León ICAL

Rosa Álvarez

Un acto en el Parador de San Marcos de León sirvió ayer para echar la vista atrás, para recordar los años en los que este hotel, hoy de categoría «gran lujo», no recibía turistas , sino presos. Tras sus muros ocurrieron «calamidades» y sus ocupantes compartieron «sangre, sudor y lágrimas». San Marcos fue un campo de concentración durante la guerra civil española y el último superviviente de esta época, Josep Sala, de 101 años, volvió a cruzar sus puertas este martes para participar en un sentido ejercicio de «memoria», de homenaje a los más de 20.000 prisioneros que, como él, estuvieron encerrados en este edificio en algún momento de sus vidas.

Desde su experiencia, Sala lanzó un mensaje a los actuales dirigentes, a los que aconsejó actuar con «cordura y sensatez», porque «si una guerra es funesta, una civil es tremenda. Lo peor que puede pasar en un país es una guerra civil», dijo. Procurando evitar que se repitan errores pasados hizo extensibles sus palabras a «la gente joven y a las generaciones venideras», para que sean conscientes de que «las guerras no llevan a ningún sitio».

Josep Pla (d), junto a José Luis Rodríguez Zapatero (i) ICAL

Tras un mes recluido en San Marcos, entre julio y agosto de 1936, el abuelo del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue fusilado en Puente Castro. Para contar su historia y honrar la de quienes compartieron similar destino, el exdirigente tampoco faltó a este homenaje. Su abuelo tenía sólo 43 años cuando se despidió de su familia con una nota: «Moría inocente y perdonaba» y pedía a los suyos que perdonaran también porque «su único credo consistía en un ansia infinita de paz», afirmó Rodríguez Zapatero, quien destacó que «no hay historia sin memoria y no hay democracia sin recuerdo justo». «Vuestra dignidad no fue en balde, vuestra memoria está en nosotros y en los valores de la democracia, de la reconciliación y de España», afirmó en su visita a su ciudad natal con el deseo de que la nueva Ley de Memoria Democrática «pueda cumplir el objetivo de tener un censo nacional con todas las personas que sufrieron víctimas de la dictadura y la guerra».

Óscar López, presidente de Paradores , valoró este acto como un reconocimiento a quienes como Sala «vivieron lo que vivieron en estas cuatro paredes». «En Paradores no se oculta» y para «poner en valor la España de hoy» consideró necesario tener este recuerdo. Además, la red hotelera ha preparado un podcast y colocará unas placas conmemorativas que «explican con toda transparencia la historia» del Hostal .

Junto a ellos estuvieron presentes en este acto el poeta Antonio Gamoneda, que remarcó que «hay una España trágica que todavía extiende su sombra sobre nosotros»; el también poeta y director del Instituto Cervantes Luis García Montero, que donará libros a la biblioteca de San Marcos y que se refirió a la democracia como «una manera de entender el orden al servicio de la convivencia y la hospitalidad y no al servicio de la represión», o los escritores y periodistas Carlos Hernández y Olga Rodríguez. Para el primero este martes se dio «un paso más» para «conocer la historia real de San Marcos, muy conocida en León pero muy desconocida en el resto de España», mientras que la segunda hizo hincapié en que «la reivindicación de las víctimas mejora un país» que sería «indigno» si «nadie hubiera luchado contra el golpe de estado».

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