Jorge Francés - Ruido blanco

Zamora o la nada

«Las dos grandes banderas a las que fió la legislatura Francisco Igea, reordenación sanitaria y transparencia, entran en juego. Es el momento de la verdad. Habrá cambio o trompazo...»

arias personas esperan en la sala de espera del consultorio médico el primer que se pone en marcha el nuevo proyecto de reordenación de la sanidad rural, este lunes en Fonfría (Zamora) dentro de la comarca de Aliste. EFE

Hoy empieza la legislatura en Castilla y León. Hasta ahora todo ha sido irse conociendo mientras apretaba el idilio de verano, medirse las fuerzas en la berrea de otoño y marcar el territorio en invierno orinando cual lobos al norte y al sur del Duero. Siete meses «juntos pero no revueltos» de gobierno de coalición y hasta hoy tan solo anuncios, reuniones, rectificaciones, comisiones y comisionados. Aburrida burocracia que obligaba a contestar eso de «vuelva usted mañana» que escribió Larra cuando preguntaban por las grandes promesas del acuerdo de gobernabilidad.

Mientras arreciaban las manifestaciones de antes, en las mismas comarcas olvidadas de siempre, donde sujetan los pocos que quedan pancartas con solera.

Pero, como para Serrat, mañana es solo un adverbio de tiempo. Con un mes de retraso se pone en marcha el plan piloto en Aliste. Avanza la tramitación de la reforma de la Ley de Transparencia.

Las dos grandes banderas a las que fió la legislatura Francisco Igea, reordenación sanitaria y transparencia, entran en juego. Es el momento de la verdad. Habrá cambio o trompazo, porque las expectativas generadas no dejan hueco para los grises.

La clave está en la efectividad del nuevo modelo de sanidad rural porque la transparencia es útil y necesaria pero más difícil de bajar a la tierra de los campos en guerra o a la rutina de las aldeas que esperan al médico. La bella Aliste románica, austera, silenciosa y despoblada es desde esta semana zona de pruebas. Algo así como fue la para el resto del mundo la España fratricida de entreguerras. Primer examen para el Gobierno autonómico que ha hipotecado a este sistema su capacidad reformista. Crucial para la oposición socialista y su mantra del cierre programado de consultorios para alentar más protestas. Si no sucede, deberán explicaciones. Un PSOE que sube la apuesta y anuncia que Zamora es también una de las candidatas al plan de descentralización de servicios del Gobierno de Sánchez para combatir el reto demográfico. Zamora o la nada.

Salvará la España vacía o resucitará a Viriato para que entierre todos los planes de Roma.

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