Jorge Francés - Mirlo blanco
Sutileza parlamentaria
«¿Le parece positivo que se aproveche el carácter autonómico del Senado para constituir una comisión extraordinaria con el objetivo de coordinar las medidas para la recuperación social y económica?», le espetará Maroto con tonillo de autorreafirmación y mirada de «se te tenía que haber ocurrido a ti»
En política se utiliza la misma sutileza que una madre cuando, mientras sirve su plato de domingo, deja caer aquello de «cada vez vienes menos» con esa entonación de madre entre la sugerencia, la reprimenda y el ruego. Así, muy sutil, trasladará hoy en el Senado el PP su propuesta al presidente del Gobierno de que sea en la cámara alta donde se gestione aquello que llamamos «nueva normalidad», ese asumido engendro lingüístico más del marketing político. «¿Le parece positivo que se aproveche el carácter autonómico del Senado para constituir una comisión extraordinaria con el objetivo de coordinar las medidas para la recuperación social y económica?», le espetará Maroto con tonillo de autorreafirmación y mirada de «se te tenía que haber ocurrido a ti». No sabemos aún que contestará Sánchez el imprevisible pero si acepta esperemos sirva para algo más que el espectáculo de la crispación que ha supuesto la estéril y agónica Comisión para la Reconstrucción del Congreso.
El Senado lleva toda una democracia buscando su sitio. Concebida como contrapeso de representación territorial terminó como simple reválida del Congreso. Es la segunda oportunidad para los políticos. Una segunda lista para pagar servicios, prejubilar elefantes o reubicar fracasos electorales. Un secundario de cameos estelares. En la crisis constitucional del independentismo catalán fue la llave que giró el 155. La asistencia del Gobierno a las sesiones de control suponen un segundo «round» para los púgiles del desacuerdo. Ahora, en la crisis de la pandemia inesperada podría ser también segunda oportunidad para que se reconstruya el consenso político para reconstruir después los restos de la tragedia. No es mala idea dar un papel central al Senado territorial cuando las autonomías recuperen competencias y termine el abuso centralista del estado de alarma.
Luz y taquígrafos para coordinar los diecinueve planes de posalarma y frenar el mercadeo Sánchez de agravios y desagravios. Que la desescalada asimétrica dé paso a la unidad, una recuperación de país coordinada bajo el sutil control parlamentario.