Jorge Francés - Ruido blanco

Políticos haciendo cosas

«'Tierra de sabor' es un éxito adormecido por falta de creatividad. Vive de las rentas y la ausencia de ferias en pandemia evidencia la carencia de ideas de promoción más allá de lo que viene haciéndose desde hace una década»

JCYL

«Políticos haciendo cosas» es una categoría que utilizamos muchos periodistas al ver las ajetreadas agendas vacías de contenido de los cargos públicos. Políticos que suben a tractores, que viajan en Falcon, que inauguran y reinauguran instalaciones o que se esterilizan para recorrer fábricas. No hay nada que le guste más a un político que verse haciendo cosas en los periódicos o en la televisión sintiendo que así justifica su coche oficial.

El otro día, paseando por los canales, encontré al consejero de Agricultura haciendo cosas en la tele. Aparecía en el abulense pantano de «El Burguillo», con sudadera de «Tierra de Sabor», en MasterChef Celebrity. Tan encantado de rodearse de «celebrities» que no se le borró la sonrisa nerviosa. Lo vimos esperar platos, recitar dos frases guionizadas y valorar el menú. Salamanca apareció hace dos años en ese programa y le costó 17.500 euros más los gastos de dos días del equipo de 80 personas. No sabemos cuánto nos cuesta esta vez disfrutar del picnic del consejero ni quién decidió promocionar más a Carnero que la oferta agroalimentaria. El escaparate vendió al político y no el producto, y oye uno nunca sabe si al final es el político amortizado el que está siempre en venta.

«Tierra de sabor» es un éxito adormecido por falta de creatividad. Vive de las rentas y la ausencia de ferias en pandemia evidencia la carencia de ideas de promoción más allá de lo que viene haciéndose desde hace una década. Desaprovecha un momento clave, con la ciudadanía especialmente sensibilizada en la relevancia de la agroalimentación. Un tejido empresarial ligado al territorio, la tradición y la calidad surge ahora como único salvavidas ante la crisis que devora el resto. Pero parece ser que la regeneración prometida era una versión «low cost» de aquel negro del CSI de Clemente. Jesús Julio ya avisó posando el patrocinio de 100.000 euros para que fuera al Dakar Jesús Calleja.

MasterChef bien utilizado no es un mal escaparate. Lo vieron 2.300.000 espectadores que siguen preguntándose quién era el señor de gafas que reía las gracias que gritaba Samantha.

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