Jorge Francés - Ruido blanco
Patria potestad
«Me niego a elegir trinchera mientras desmontan España»
Pertenecí a mis padres del mismo modo que espero que un día pueda pertenecer a mis hijos, cuando los tenga, y empiecen a fallarme las piernas. La estigmatización de la pertenencia, entendida como propiedad esclavizante, es otro de los dogmas morales malintencionados que intenta colarnos el progresismo hueco que ahora gobierna en coalición. Pertenezco a mi familia, a mi novia y a mis amigos en la misma proporción que ellos me pertenecen a mí, como la forma más sincera y leal de ejercer la libertad individual. No se me ocurre ningún compromiso mayor que cederte una parte de mí mismo y acurrucarme en la seguridad afectiva que supone compartirnos. No debe haber condena peor que no pertenecer a nada ni a nadie, ya decía el historiador Jules Michelet que «hasta para someterse, hay que ser libre; para darse, hay que pertenecerse».
Puede resultar lógico que la izquierda radical cuestione la propiedad pero resulta delirante que lo haga precisamente este gobierno posibilitado por los sentimientos de pertenencia periféricos. Para el PSOE de Sánchez tanto la patria como los hijos pueden tenerse en multipropiedad, no en vano son dos formas de paternidad. De ahí les contarán que viene aquello de la patria potestad. Aunque matizaba Camilo José Cela que «el nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor del mundo, y eso no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del mundo, y eso sí que es cierto». No me digan que eso no es amor de hijo.
Nos atropella una legislatura polarizada, en la que la coalición busca medidas ideológicas que den munición a Vox y obliguen a mantenerse bien escorados a PP y Cs en su batalla por hacer oposición. Y han mordido el señuelo. Por que Cs se rompió por el centro, lo dejó huérfano, y ahora todo se debate en los extremos. Hasta Igea califica de leninistas las propuestas de reforma autoritaria del partido. El centro ya no tiene patria ni descendencia y me niego a elegir trinchera mientras desmontan España en acuerdos de gobernabilidad y mesas bilaterales que negocian lo innegociable. Prefiero pertenecer a mis padres que a sus ansias de poder.