Jorge Francés - Ruido blanco
Morir por Arrimadas
«Su liderazgo ratifica que el centro político en España vuelve a la orfandad»
Esta vez ocurrió lo previsible. Inés Arrimadas barrió en las primarias de Cs y el sector crítico es solo una corriente interna. «Cambiaremos de actitud pero no de opinión», sentenció el pisoteado Francisco Igea, nueva Susana Díaz de los liberales. Queda lo imprevisible. Los platos rotos, los puentes volados, los moretones invisibles de las palmadas en la espalda, los vencedores y los derrotados. Lo devastador de unas primarias.
Porque Arrimadas es la mejor candidata. Tan apabullantemente buena, tan valiente, tan solvente, tan bregada contra el independentismo, tan carismática, tan mujer apuntando a la Moncloa. Tan deslumbrante que el resto no importa demasiado, o mejor dicho, importa demasiado poco. Su paseo triunfal es un Cs matriarcal pero continuista con el Rivera de los diez diputados. Su liderazgo, y esto es lo que decía intentar evitar Igea, ratifica que el centro político en España vuelve a la orfandad. La hoja de ruta es nítida: acercarse tanto al PP que en algunos lugares compartan papeletas. Es decir, políticamente prescindibles. Sin Arrimadas estaba muertos así que han decidido morir por Arrimadas.
En Castilla y León la derrota, tan esperada como de complicada digestión, desempolva todos los escenarios. Para Igea es otra afrenta inevitable más a la que le obligan sus circunstancias. Pero el caso es que es un vicepresidente de la Junta herido y vapuleado. Y la política es un territorio de hienas. De hecho no ha tardado ni 24 horas el PSOE en azuzar el avispero naranja, nadie sabe si con un plan o solo como amenaza. «Estamos preparados para gobernar en cualquier momento», instiga Ana Sánchez justo antes de recordar la traición de Igea a los socialistas que no olvidan. La única pega a la venganza del PSOE es si es el momento de jugar al desconcierto. Si merecería la pena una moción de censura, otras negociaciones y una hipotética nueva coalición que supondría una legislatura perdida y meses de parón ejecutivo. Si la sonrisa de Fuentes liderará las algaradas. Si podemos permitirnos más incertidumbres. Nadie sabe si Mañueco también podría morir por Arrimadas.