Ministro de Ferraz

En el nuevo Gobierno de coalición no está Óscar Puente porque no quiso y contó que lo rechazó por su compromiso con Valladolid. Es de agradecer que quede algún político que mantenga lo prometido pero el asunto es que al confirmar que había habido oferta reforzó su peso político, su cercanía con Pedro Sánchez y el liderazgo del socialismo de Castilla y León que viene ejerciendo «de facto» desde las últimas elecciones autonómicas. Para Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León, no quedaban vicepresidencias ni ministerios que se sepa (y mira que esta vez había pedrea). Su relevancia política merma desde mayo en las mismas proporciones que se agiganta la influencia de Puente.

Han vivido trayectorias opuestas unidas tan solo por su inquebrantable sanchismo a las duras y a las maduras. Puente consiguió llegar por primera vez a la alcaldía de Valladolid con el peor resultado del PSOE en la capital pero sumándose a la avanzadilla de coaliciones que supusieron los llamados «ayuntamientos de progreso». Tudanca logró que el PSOE ganara dos elecciones seguidas en esta comunidad después de más de treinta años de derrotas y se le escapó el poder por Cs. Una gesta inútil que lo ha ido desvaneciendo tanto que debe haber días que ni siquiera se ve reflejado en los espejos. Tampoco resulta extraño. El PSOE de aquí lleva ocho meses diluido en la impagable tarea de explicar las piruetas y contradicciones de Pedro Sánchez. No le ha quedado tiempo, ni fuerzas, para hacer una oposición firme y hasta los titulares de las comisiones de investigación se los roba también Cs, incluso siendo socio de gobierno. Amenazó Ana Sánchez (Tudanca ya ni amenaza) con una imponente ofensiva total contra la reforma sanitaria y han petardeado más las mociones por la región leonesa. Todavía no ha aclarado si habrá o no sanciones a los ediles socialistas que las impulsaron o apoyaron.

Hasta ese sanchismo invertebrado llega Tudanca, sin prisa ni preocupación porque el partido en Castilla y León se posicione sobre querer romper Castilla y León. Puente habló, como ministro de Ferraz, al día siguiente.