Jorge Francés - Ruido blanco

El año fallido

«La política es ahora una niebla de incertidumbre, una boina de desesperanza»

HERAS

Jorge Francés

Nadie sueña con ser quién es, ni siquiera los años, ni siquiera las autonomías. Por eso, igual que vivir es aprender a despedirse, madurar consiste en gestionar las frustraciones. Habitamos tiempos fallidos donde triunfa la creencia de que no alcanzar lo máximo se convierte en un fracaso. La imperfección es un fracaso, así que todo es decepcionante. Especialmente en la política que debería ser un terreno abonado al optimismo responsable y es, sin embargo, el ojo del huracán de todas las tempestades.

Así, para esta inmadurez con la que nos castigan los políticos, este 2019 que despedimos es un año rotundamente fallido para Castilla y León. La autonomía fallida que proclama estos días el alcalde de León, otro socialista empeñado en alimentar fantasmas con la demagogia del populismo provinciano. La Fundación Villalar fallida que pregona Luis Fuentes con el argumentario naif y torpe de que no sirve todo lo que no ha logrado su fin último; cuando más bien debería ser lo contrario. Por fallidas habría que dar también las victorias del PSOE de Tudanca (por infructuosas) y la de Silvia Clemente en aquellas primarias (por pucherazo), los diputados efímeros de abril. Y las medidas contra la despoblación, los planes de retorno del talento, la economía en desaceleración, el invierno que en vez de nieves nos recibió con riadas, el diálogo social resentido. La regeneración fallida de Ciudadanos. Mañueco aun intrascendente.

La cosa no pinta mejor para una España sin Gobierno que le tiemblan la costuras, donde se cuestiona a la Justicia y no se aprueban presupuestos. La del frentismo revanchista, el activismo intolerante y el sanchismo impredecible. Rivera fallido. El Rey sosteniendo solo el Estado. El país del desacuerdo acogiendo la cumbre que ansiaba nuevo pacto mundial contra el cambio climático. Por supuesto, resultó fallida.

La política es ahora una niebla de incertidumbre, una boina de desesperanza. Pero quizá 2019 tan solo sea el año en que nos falló (otra vez) la política, no seamos pesimistas. Nadie sueña con ser quién es, ni siquiera Puente, ni siquiera Igea. Feliz y próspero 2020.

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