Jorge Francés - Ruido Blanco
Dos años y un día
Más vale una vez colorado que ciento amarillo, habrán pensado los populares
Ignacio Cosidó ha sido el asesor mejor pagado de la Junta de Castilla y León durante dos años y un día. Un tiempo en medidas penitenciarias que si las casualidades existieran en política sería una feliz coincidencia para chanzas e ironía en la próxima intervención de la oposición que se ha apresurado a decir que este abandono «a petición propia» es más a petición del presidente Alfonso Fernández Mañueco. «Está soltando lastre» dice Luis Tudanca. Un «cese preventivo» lo califica Pablo Fernández. Porque resulta que se marcha pocas semanas después de que la Fiscalía pida su imputación en la trama Kitchen por el espionaje a Luis Bárcenas cuando era director general de la Policía. Y lo que tenga que pasar, si pasa, que sea pasado y no el PP exultante y de Gobierno que busca salir del Congreso Nacional de estos días. Más vale una vez colorado que ciento amarillo, habrán pensado los populares que viven ahora en Castilla y León un momento dulce haciéndose oposición a su propio gobierno autonómico y disfrutando con tener la sartén por el mango en la coalición y las encuestas.
Mejor ahora que si hay por medio medidas judiciales, aunque si algo habrá recordado el PP es que en política una decisión difícil de explicar suele ser mejor no tomarla. Cosidó fue nombrado asesor en materia de despoblación tras quedarse sin su poltrona de senador autonómico al tener que hacer hueco, con fórceps y empadronamiento en Sotosalbos, al alavés Javier Maroto que no consiguió su escaño. Era realmente complicado una explicación distinta. ¡Y mira que pusieron ahínco! Guarda la hemeroteca el currículum de logros en despoblación que recopiló el consejero Ángel Íbañez en un pleno de las Cortes o la respuesta de Mañueco en una entrevista cuya argumentación reducía a «es de la tierra y tiene una larga trayectoria» como méritos sobrados para sus más de cincuenta mil euros anuales. El otro razonamiento posible es todavía más insultante. Que Cosidó abandone porque esto de la despoblación ya no lo arregla ni el tiempo y fuera para él, como para esta tierra añeja, tan solo una condena. De dos años y un día para ser exactos.