INCENDIO SIERRA DE LA CULEBRA
El informe técnico apunta que con más medios el resultado del incendio de Zamora «hubiera sido similar»
Más de la mitad del tiempo, el fuego estuvo «fuera de capacidad de extinción» por parte el operativo desplegado en la Sierra de la Culebra
«El resultado no cambia con una mera acumulación de medios» . Es una de las conclusiones preliminares del primer informe elaborado por la Junta de Castilla y León sobre el incendio que ha calcinado más de 30.800 hectáreas en la zamorana Sierra de la Culebra. Así lo ha apuntado este miércoles, justo una semana después de que comenzase la ignición por una tormenta seca que llegó a prender hasta 14 focos, Enrique Rey, del Centro de Defensa del Fuego, con sede en León.
«No hubiera habido un resultado diferente si hubiera estado con todo el operativo desplegado», ha recalcado también el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Angel Arranz, quien ha censurado las declaraciones que trasladan que se podría «haber hecho más» para frenar el avance de las llamas en el que ya es el mayor incendio forestal registrado en la historia de Castilla y León y uno de los peores vividos en España. «No es verdad», ha incidido Arranz, acompañado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente para dar a conocer los detalles del primer informe sobre lo ocurrido. «El resultado de ese incendio hubiera sido el mismo», ha subrayado, convencido de que esta afirmación «no» la compartirán quienes vierten las críticas.
«Las épocas de peligro -de incendios- no tienen relación directa con la acumulación de medios», ha defendido, aunque también ha reconocido que de cara al futuro se deberán seguir ampliando los periodos de riesgo y el operativo activado, que este año, ya el 15 de junio -cuando comenzó el incendio- era más amplio que el anterior.
Entre conclusiones preliminares de este primer informe, con el que también «aprender» de cara al futuro, está también que durante más de la mitad del tiempo de las 100 horas en las que las llamas estuvieron avanzando -hasta la madrugada del sábado al domingo-, el fuego estuvo «fuera de la capacidad de extinción» por lo que «no hay capacidad material ni humana» de parar el avance, ha reiterado en varias ocasiones Enrique Rey.
Personas y animales, primero
Algo que hizo que se tuvieran que centrar en la «defensa» de las poblaciones, así como en las instalaciones ganaderas , que se vieron rodeadas. Casi una treintena tuvieron que ser evacuadas. Aunque ha habido daños en construcciones y las llamas llegaron a las puertas de varias localidades, se logró salvar todos los cascos urbanos, han valorado, así como que no hubo víctimas personales.
Las condiciones climatológicas jugaron desde el principio en contra y dificultaron enfrentarse a las llamas de un incendio en el que las noches, habitualmente el periodo de refresco y en el que más se suele avanzar en la extinción, fueron justo lo contrario . Fueron «las que problamente hayan marcado el fuego», ha reconocido Rey, quien ha recordado que comenzó con 14 focos dispersos por la Sierra de la Culebra a partir de las 19:00 horas motivados por la descarga de una tormenta eléctrica.
En esta primera noche ya se movilizó un operativo con más de 100 profesionales , al que a los efectivos de Zamora -que también tuvieron que acudir a sofocar más fuegos- se fueron sumando de las provincias limítrofes y de la UME, a la que se avisó por la cercanía a las poblaciones.
Ya esa noche se consideró que el fuego estaba fuera de capacidad de extinción por su comportamiento, con fuertes y cambiantes vientos. Con avances de entre 50 y 100 hectáreas a la hora, «no te permite controlar por completo el incendio» , ha apuntado el técnico sobre esa primera noche en la que sí se controlaron algunos de los focos.
Y fuera de capacidad de extinción también lo estuvo todas las tardes -consideradas así desde media mañana hasta entrada la noche- hasta que el domingo se dio por estabilizado y la noche del jueves 16 al viernes 17, la peor en esos días. Las mañanas, el único periodo que daba margen de actuación con resultados al operativo, se aprovechaban para la «defensa» de los pueblos. A la siguiente, la cabeza -y cambió varias veces a lo largo de los días- tenía hasta 10 kilómetros y era «real» de que saltara la autovía A-52, una barrera natural que hubiese propagado el incendio hacia la Carballeda y Portugal, lo que en total suma junto a la Sierra de la Culebra una extensión de más de 100.000 hectáreas.
Contra viento y humo
El viento, del que había previsión, pero sin acertar en la intensidad y continuos cambios que se vivieron, fue clave en la propagación. Con rachas de hasta 70 kilómetros por hora , el fuego anota casi 40 horas en las que engullía una media de 500 hectáreas a la hora y hasta doce horas continuas con un avance de 1.200 hectáreas reducidas a ceciza por hora. «Una absoluta barbaridad» , ha apuntado Rey.
Así que la labor del operativo se centró en «defender las poblaciones», con mucho trabajo de contrafuego, esto es, prender para dejar al incendio sin combustible que quemar. Aún así, en unas condiciones no vistas, logró saltar por la pavesas distancias de 200 metros y volver a prender e incluso los 500 metros de orilla a orilla del embalse de Agavanzal , consumiendo ya a los 5 minutos 20 hectáreas de terreno.
Una densa nube de humo que hacía de chimenea alimentando al propio fuego impidió actuar al dispositivo aéreo durante muchas horas, además de por las noches, cuando no actúan. Como ejemplo, ha señalado Arranz, hasta tres descargas continuas de otros tantos hidroaviones -con una capacidad de 5.000 litros de agua cada uno- no hicieron siquiera inmutarse a las llamas.
Fue en la noche del sábado al domingo, cuando bajaron las temperaturas y el viento templó, cuando se logró apagar la llama y frenar el avance, limitado por entonces a un perímetro de más de 120 kilómetros. «Y se hizo gracias al operativo», han defendido.
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