Sociedad
El improvisado matrón de la calle de los Herreros de Zamora
Un hostelero asiste en su casa a su propia mujer en el parto mientras espera la llegada de la ambulancia
Nada más salir su marido de casa para dejar a la niña en el colegio se puso de parto . Tan rápido fue que cuando el progenitor regresó no le quedó más remedio que hacer de matrón y asistir a su mujer con ayuda de sus hermanos, mientras esperaban la llegada de la ambulancia. Una vecina de Zamora, Rebeca Pedreira, ha dado a luz este lunes en su vivienda de las inmediaciones de la Plaza Mayor asistida por su marido siguiendo las indicaciones ofrecidas por el personal sanitario del teléfono de emergencias 112 de Castilla y León.
La historia tiene final feliz y tanto la madre como el bebé, Marco Ferreras, se encuentran en perfecto estado de salud en el hospital Virgen de la Concha de Zamora después de que sobre las ocho y media de la mañana el niño naciera, como ocurría antaño, en la propia habitación de sus padres.
Rebeca ha indicado a ABC que sobre las seis y media de la mañana se despertó y fue al baño, momento en el que rompió aguas, aunque no se percató de ello, por lo que comenzó la mañana normalmente, se duchó y se vistió hasta que, nada más irse su marido a llevar al colegio a su hija, comenzó a tener contracciones. Eran cerca de las ocho de la mañana y la parturienta avisó a los vecinos del número 36 de la calle de los Herreros de Zamora, donde vive la familia junto a uno de los bares que regentan en esta calle típica de tapeo. En ese portal también residen sus cuñados, que rápidamente avisaron al 112 y subieron al tercer piso para asistir a la joven.
Las contracciones eran cada vez más fuertes y cuando regresó el marido a casa no le quedó más remedio que hacer de comadrón, primero sujetando la cabeza del bebé mientras su mujer empujaba y luego haciendo las maniobras necesarias para que el recién nacido comenzara a respirar.
En esa labor, José Luis Ferreras siguió como pudo los consejos que le dieron telefónicamente los médicos del teléfono de emergencias 112 de Castilla y León. «Gracias a dios todo ha salido bien », ha declarado el progenitor, que ha narrado cómo le indicaron que diera palmadas en los pies al bebé y comprobara que no tenía la boca obstruida para que cogiera la respiración y llorara. El débil llanto del bebé trajo la alegría a la casa, al comprobar que se encontraba bien. Entonces lo envolvieron en una toalla y comprobaron que ni el recién nacido ni la madre tenían hemorragia.
El siguiente paso, el de cortar el cordón umbilical, se disponía a hacerlo el padre junto a sus hermanos cuando, por fin, llegó la ambulancia con el personal sanitario. A partir de ese momento los médicos se hicieron cargo de la situación y trasladaron a la madre al hospital, donde expulsó la placenta. El bebé, que ha pesado 2.590 gramos, se ha adelantado unas semanas en la fecha de nacimiento, prevista para finales de mes. El dormitorio de la pareja ha sido el improvisado paritorio de un bebé que nació en un parto tan rápido que ni los servicios sanitarios de emergencias pudieron llegar a tiempo.