Guillermo Garabito - Apuntes al margen

El imperio contrataca

«Castilla y León, que se hizo a base de coser tierras y terruños y reinos, ahora tiene que andar hilvanando partidos»

CRÓNICA PARLAMENTARIA

Los plenos aquí y en el Paraguay sirven lo mismo para un roto que para un descosido. También para escenificar la concordia con el abrazo entre Mañueco y Silván. Después Herrera les bendijo con dos besos, un abrazo y una «tortita» de esas que el presidente reparte igualmente en son de amistad o de aviso. Ungidos ambos se volvieron a su escaño. Entre medias y por azar, o vaya a saber el lector, hay otro procurador del PP que separa el asiento del uno y el otro como para evitar fricciones. En realidad el abrazo fue frío, o eso parecía desde arriba. Fue un abrazo de aquellos de escuela, como cuando la profesora te obligaba a abrazarte con el otro después de haberte peleado, pero las peleas de la infancia no eran como las guerras de partido. Cuando uno deja un cargo le esperan más fotógrafos casi que cuando lo asume. Ayer rodeaban la bancada popular las cámaras como si Herrera fuera a hacer algún anuncio importante y no estuviera todo dicho ya.

La sesión de control más que de control al gobierno parecía ser de control al PP como organización. Pablo Fernández (Podemos) preguntó en cuanto pudo por aquello de la bicefalia. Y le tiró a Herrera, como pregunta o como dardo, la cuestión de si debía llamarle «presidente o expresidente». Ese es el problema del protocolo –y de las bicefalias– que son algo liosas al principio. Después la normalidad y la unificación de reinos.

Castilla y León, que se hizo a base de coser tierras y terruños y reinos, ahora tiene que andar hilvanando partidos. Mientras, en el PSOE, Tudanca augura «el fin del imperio»; que es una forma más elegante de decir la famosa frase del «fin de ciclo».

Ayer faltaba Blas de Otero en el hemiciclo pidiendo «la paz y la palabra».

Esculturas de Ana Jiménez en los pasillos de las Cortse

Los pasillos de las Cortes son una sala de exposiciones por donde rotan artistas y piezas. Hubo algún visionario que quizá vio, hace ya meses, venir lo del PP e inspirado pensó esta alegoría de la bicefalia –o lo de la tricefalia que dice Antuñano–. O eso vi yo al salir del pleno.

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