Ignacio Miranda - Por mi vereda

Sentido común y de Estado

«Sentarse a la mesa con los hijos para estar todos atentos al móvil, igual que transigir ante los independentistas para formar Gobierno, manifiesta nuestro grado de desquiciamiento como sociedad»

Sánchez, con su móvil, en su escaño del Congreso ABC

En medio de la fiebre consumista de estas fechas, el Colegio de Psicología de Castilla y León advierte de que los móviles no son un regalo adecuado para menores de catorce años , y apela al sentido común de los padres. Algo que ya viene a ser como mentar la soga en casa del ahorcado. O, directamente, mencionar la bicha. De entrada, suponer que la totalidad de los padres razona de forma habitual ante este tipo de comportamientos caprichosos de los hijos, como toda generalización, es arriesgado. Y, después, porque vivimos en un país en descomposición, que cada semana se va un poquito más por el sumidero, en el que cualquier llamamiento a la responsabilidad, a la cordura, parece una provocación en sentido contrario, de suerte que suele ocasionar mayor visceralidad y radicalización de las posturas.

Lo vemos en el culebrón bolivariano con Pedro Sánchez, en el papel de presunto padre, y sus concesiones ante ese niñato consentido que encarna el separatismo golpista. Pedir sentido común a muchos progenitores es como esperar sentido de Estado del presidente embustero. Porque quizá lo más cómodo para que los niños dejen de molestar y se ufanen tan modernos como los demás compis de aula sea tener un móvil, sin reparar en los riesgos. Si el aparato tiene conexión a internet, los psicólogos recomiendan que no lo posean nunca antes de los dieciséis años. Peligros perfectamente conocidos y descritos, que forman un largo rosario de gerundios en inglés, del «ciberbullying» al «grooming» sin olvidar el «sexting» , y que para los que seguimos con el pelo de la dehesa en este ámbito se traducen por distintas formas de acoso y maltrato. Otrosí, no conviene pasar por alto contenidos tan delicados como pornografía, violencia, juegos de azar, apuestas e incluso robo de datos.

Los adultos son los responsables de ofrecer a sus hijos una correcta educación digital, donde se establezcan de forma clara límites, horarios y consecuencias tanto del cumplimiento como del incumplimiento de tales normas, según señalan desde el citado Colegio. También remarcan que los padres deben dar ejemplo con un uso correcto de sus propios móviles, algo que parece muy difícil en estos tiempos, cuando a menudo el dispositivo tan solo descansa al agotarse la batería. Y, desde luego, que no se permita utilizarlos durante las comidas. Porque sentarse a la mesa con los hijos para estar todos atentos al móvil, igual que transigir ante los independentistas para formar Gobierno, manifiesta nuestro grado de desquiciamiento como sociedad. Mutismo con el de al lado, diálogo con un interlocutor lejano, aislamiento frente a la realidad inmediata. No puede ser.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación