Ignacio Miranda - Por mi vereda
Puro instinto animal
Esta vez, ha permitido mostrar la imagen cruda de la naturaleza, el brutal instinto animal desatado entre el afán protector de una madre y el poderío desafiante de un macho que confía demasiado en sus atributos

Esta vez, sí. Esta vez, un vídeo se hace viral en las redes sociales sin recoger la chorrada de turno de crías con pretensiones de influencer. Esta vez, ha permitido mostrar la imagen cruda de la naturaleza, el brutal instinto animal desatado entre el afán protector de una madre y el poderío desafiante de un macho que confía demasiado en sus atributos. Y ya sabemos que el exceso de confianza suele jugar malas pasadas. No ha habido necesidad de buscar al oso pendenciero ni en Yellowstone ni en los Urales. Porque desde Yogui y el célebre Mitrofán, abatido por Juan Carlos I en Rusia hace años, no hemos tenido plantígrado más famoso, a excepción del ejemplar que según nuestra vetusta tradición oral mató a Favila. Ha ocurrido bien cerca, en un paraje de la Montaña Palentina por el que caminaban el pasado domingo Carmen Ortega y Claudio Sordo, en las proximidades de la Peña de Santa Lucía, que ya habían avistado úrsidos otras veces pero nunca semejante escena.
Por unos riscos situados frente al lugar por el que andaban movidos por su afición a observar la naturaleza, fueron testigos excepcionales de una pelea entre un macho de 217 kilogramos de peso y una hembra, que se saldó con la muerte del primero al caer al vacío, y heridas graves de la osa al despeñarse, pero todavía con el brío suficiente para refugiarse en una cueva aledaña con la cría. El otro hermano, según apuntan los indicios, pudo morir atacado por el oso agresor hace unos días. El operativo montado por los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y técnicos de la Fundación Oso Pardo ha monitorizado la cavidad donde están madre e hijo. Tratan de conocer, con sumo tacto y prudencia, entre pértigas y cámaras, el estado de salud de aquella para saber qué hacer con el osezno, ya que tiene pocos meses y necesita mamar. A la madre le han provisto de agua, fruta y pienso, a la espera de observar sus movimientos y tomar una decisión respecto a ambos.
El episodio grabado por Carmen y Claudio ha servido para dar a muchos un baño de realidad de lo que es la verdad del reino animal, la maravillosa fauna ibérica que glosara como nadie Félix Rodríguez de la Fuente, la extrema dureza de un medio natural siempre amenazado donde sobreviven los más fuertes, resistentes y los que mejor se adaptan a los cambios. Felinos, primates y roedores practican el infanticidio de los hijos ajenos para estimular que la hembra salga de nuevo en celo. Lo ha explicado muy claro el biólogo Fernando Ballesteros, de la Fundación Oso Pardo: «Es una acción provechosa para los machos al maximizar su descendencia genética. Hay que verlo como evolución pura y dura, no con un prisma humanizado». Puro instinto animal en una naturaleza salvaje, no animalismo de salón.