Ignacio Miranda - POR MI VEREDA
Harina de otro costal
«Parece ser que la Montaña Palentina posee las mismas horas de insolación anual que el desierto de Tabernas y no lo sabíamos»
Según la economista alemana Claudia Kemfert, experta en energía, un «abandono inteligente» del carbón creará otras oportunidades económicas, ya que se invierte en los mercados del futuro y se libera de gastos medioambientales innecesarios. Sin embargo, los germanos siguen siendo un poquito reacios a dejar de quemar lignito de su potente minería -con 20.000 trabajadores- en sus centrales térmicas, rentables pero las más contaminantes de Europa, y posponen el cierre definitivo de las últimas hasta 2038. De hecho, producen el 37 por ciento de la electricidad consumida en el país, prácticamente la misma cifra que se alcanza con las renovables. En España, empero, nos tomamos muy en serio esto de la transición energética, fieles a nuestro espíritu quijotesco, y ya atesoramos una considerable experiencia en clausurar este tipo de instalaciones, particularmente en Castilla y León.
Alguien debería invitar a Palencia a cargos públicos de Sajonia o Renania-Westfalia, y así contemplar in situ cómo desaparece la térmica de Velilla del Río Carrión ante las costosas inversiones que exige la Unión Europea para reducir las emisiones. Abierta en 1965 con el objetivo de aprovechar la producción de la cuenca minera de estas comarcas, en las obras intervinieron ingenieros americanos. Cuentan las crónicas que, para trasladar la turbina desde el puerto de Bilbao, el camión pasó las de Caín por las carreras de la época en zonas de montaña. Fue ampliada en 1984 con un segundo grupo para seguir quemando mezcla de hulla y antracita hasta que, una década después, por el declive de nuestra minería e industria característico del felipismo, se generalizó la llegada de mineral extranjero. Para limitar las emisiones de óxido de azufre y partículas, funciona una planta de desulfuración.
Ahora, Iberdrola anuncia la creación en Velilla del mayor parque fotovoltaico de Castilla y León, con 400 megawatios de potencia instalada y una inversión prevista de 300 millones de euros. Parece ser que la Montaña Palentina posee las mismas horas de insolación anual que el desierto de Tabernas y no lo sabíamos. La actuación «verde» generará miles de empleos, se llevará a cabo de manera simultánea al desmantelamiento de la térmica y tendrá en cuenta a los habitantes de Guardo y alrededores como proveedores locales, dentro de una apuesta por el emprendimiento, la innovación, las startup y similares. Un polo de desarrollo moderno, en definitiva. Avanzamos a buen tranco por el camino de la descarbonización ante el cambio del modelo energético, solícitos para cumplir con la normativa europea de reducción de emisiones contaminantes. Solamente falta lograr eliminar la polución que envenena la vida política española, un proceso de «descabronización» que se antoja, desde luego, bastante más complicado. Harina de otro costal.