Ignacio Miranda - Por mi vereda

Azarías y Francia

Agricultores y ganaderos salieron a las calles de Zamora con sus tractores el pasado jueves ICAL

Vaya por delante la escasa simpatía que profeso a los franceses. Porque pesa demasiado en nuestras conciencias la rapiña de Napoleón durante los aciagos años en los que invadió España . Un emperador cleptómano, paticorto pero de mano larga, rodeado de mariscales de las misma condición, entre ellos el tal Soult, que al poco de entrar por Gamonal en Burgos en su primera expedición ya se dio al vicio del saqueo. Es más, de tanto expoliar impunemente nuestro patrimonio apenas dejaban migajas para oficiales y tropa . Cuadros, esculturas, retablos, piezas de orfebrería, órganos, muebles... Todo menos los sillares, porque en carros con semejante peso no se podía. Igual en el Archivo de Simancas que en el monasterio del Escorial o la cartuja de Jerez . Y luego también esa vena pirómana del vandalismo ilustrado, de quemar edificios de valor y montes por hacer daño.

Pero también le reconozco grandes virtudes al pueblo galo. Una, su compromiso firme y sincero de la tauromaquia, su protección del ritual en los cosos del sur del país donde se sigue la corrida con sumo respeto y se valora, por encima de todo, el juego y las cualidades del astado. Un concepto serio de la fiesta . Otra, su enardecida defensa del sector primario, variante muy pragmática de patriotismo. Ahí están agricultores y ganaderos, un día sí y otro también, cortando autopistas, esparciendo estiércol ante despachos de la administración y protagonizando tractoradas en París. Unos profesionales a los que su Gobierno procura no tomar el pelo porque sabe cómo se las gasta . En cuanto montan una movida tiemblan el misterio y los gendarmes.

Esta semana, las organizaciones agrarias españolas y las cooperativas han salido a la calle para protestar por su situación asfixiante : precios bajos por el desequilibrio en una cadena alimentaria donde ocupan el eslabón más débil, subida brutal de los costes de producción, incertidumbre ante la nueva PAC, aranceles, demonización de la ganadería ante el cambio climático... En Castilla y León con tractoradas en las ciudades, en Jaén al pie de la A-4, en Don Benito entre cargas policiales que no vimos con los CDR del golpe de Cataluña. Entretanto, Pepe Álvarez, el distinguido independentista líder de la UGT, esa banda -más que sindicato- célebre por en el fraude de los cursos y similares para desdoro de Nicolás Redondo Urbieta, alerta de que algunos de los que se manifiestan son terratenientes. Porque debe ser que tener una explotación para intentar vivir dignamente de ella en el medio rural es algo de fascistas . Pues nada, mejor que siga el modelo de Azarías, la Régula y la milana bonita. Para señorito Iván ya está él. Ahora sí. Imitemos a Francia.

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