Ignacio Miranda - POR MI VEREDA
Historia de pitiminí
De tanto recortar temarios, ceder competencias del Estado y apostar por el buenismo, político y docente, vamos camino de liquidar la soberanía nacional
Cuando Jordi Pujol empezó a verse acorralado por la investigación policial sobre el ingente patrimonio de su familia, dentro y fuera de Andorra, se preguntaba iracundo «qué coño es esto de la UDEF». Parece ser que el ex presidente catalán, aparte de hacernos creer que el pastizal que posee procede de la herencia de su padre Florenci -condenado en su día por evasión de capitales- multiplicada cual milagro bíblico, tampoco sabía que existe una Unidad de Delincuencia Económica y Financiera dentro de la Policía para perseguir este tipo de casos.
Hasta hace poco, uno también debe confesar su ignorancia supina respecto a otro acrónimo de nuevo cuño y sonido vascuence: EBAU. Que, ojito, no es un bar de Ondárroa ni un plan parcial de Mondragón, sino el término que designa lo que hasta hace poco se denominaba «selectividad». Conjunto de pruebas de evaluación del bachillerato para el acceso a la Universidad. Y esto del -o la- EBAU, que tampoco nadie atina a precisar el género, ha causado en Valladolid cierto caos, hondo malestar, auténtica indignación y numerosos sofocos entre los alumnos , ya que en la prueba de Historia de España del pasado martes se les preguntó por contenidos que, en principio, iban a quedar fuera de la materia.
Dejando de lado este espinoso asunto, lo realmente terrible es el fondo. Porque si de la asignatura eliminamos la invasión musulmana, la repoblación, la Guerra de Sucesión, el pensamiento ilustrado, el turno de partidos de Isabel II o el directorio de Primo de Rivera, ¿qué coño queda de nuestra larga historia en común como nación? Pues una versión de pitiminí. De tanto recortar temarios, ceder competencias del Estado, cercenar realidades incómodas para las taifas separatistas y apostar por el buenismo, político y docente, vamos camino de liquidar la soberanía nacional. Total, para algunos la historia solo ocasiona conflictos.