Política
Herrera: «España corre el riesgo de ser un Estado con Constitución, pero sin espíritu constitucional»
El presidente de la Junta de Castilla y León incide en que «es imprescindible que nos escuchemos más los unos a los otros»
La Constitución Española de 1978 fue un acierto y a ella hay que mirar para encontrar «respuestas» a los retos que España tiene por delante. Así lo ha asegurado este viernes el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en la entrega de los Premios Castilla y León, en víspera de la «fiesta mayor» de la Comunidad el próximo 23 de abril.
Un acto de reconocimiento «a los mejores» en el que el jefe del Ejecutivo en el que ha incidido en la importancia de los «acuerdos» , especialmente en este momento en el que España ha «pasado de una democracia de alternancia a una democracia de consensos» en la que es imprescibible el entendimiento. En este punto, Herrera ha advertido de que «más importante» que el estado de salud del texto de la Constitución «es la salud o falta de salud de nuestro sentimiento constitucional, de nuestro constitucionalismo». Y es que, ha advertido, «España corre el riesgo de ser un Estado con Constitución, pero sin espíritu constitucional» .
Un riesgo en el que, ha alertado, pesa la posibilidad de que se pierda «la empatía necesaria con el Resto de protagonistas de esa misma andadura». Por eso, ha incidio en la importancia de «elegir el diálogo político» . «Es imprescindible que nos escuchemos más los unos a los otros» , así como que los poderes públicos «escuchemos más a la sociedad civil».
Además, Herrera quien ha defendido un proyecto europeo con mejoras por delante, ha criticado a los «autores y cómplices del golpe civil en Cataluña» . Un asunto ante el que ha cuestionado la acción de la unión y frente al que ha defendido el estado autonómico, «sin duda mejorable», ha matizado, y en el que «la falta de lealtad» por parte de algunos «ha impedido» que funcionara «mejor».
«No es un modelo fallido» , ha defendido Herrera, sino «incompleto» y «donde es crucial que todas las instituciones sepan que su propia existencia no se justifica en ningún pedigrí identitario, sino en la llana obligación de respetar la ley y prestar un servicio mejor al interés de las personas».
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