Educación

Hermanos Maristas: 200 años de compromiso

Salamanca acoge la celebración del bicentenario de esta congregación

Tomás Briongos dirige unas palabras a los asistentes a los actos en Salamanca Fotos: ABC

C. ROSADO

El Colegio Mayor CUM y el Colegio Champagnat de Salamanca fueron los lugares elegidos el pasado 2 de enero por los maristas de la Provincia Compostela, que abarca las regiones españolas de Castilla y León, Galicia y Asturias, además de Portugal, para conmemorar el bicentenerio de su fundación. Un total de 200 maristas de la Provincia se dieron cita allí para mostrar su compromiso con la educación integral de los niños.

Fue el 2 de enero de 1817, cuando San Marcelino Champagnat, después de ver la situación de ignorancia religiosa de los niños y jóvenes de las aldeas, reunió a dos muchachos para ser maestros y catequistas en las escuelas de la comarca. Ellos fueron los primeros Hermanos Maristas. Doscientos años después, la Provincia Marista Compostela conmemoró su bicentenario recordando la labor de los Hermanos que han marcado el camino y celebró las bodas de oro y diamantes de los hermanos jubilares.

La plantación de un olivo de centenario fue también el símbolo elegido para esta celebración en tierras charras. El hermano provincial, Tomás Briongos, explicó en esa celebración que se trata de «un árbol, como el Instituto Marista, que ya tiene mucha historia, con profundas grietas y arrugas de las heridas y dificultades vividas en este tiempo en el que también ha dado mucho fruto y ha beneficiado a muchas personas». Además, indicó que todavía «le quedan muchos brotes y muchas ramas por salir para dar respuesta a los nuevos tiempos que vivimos». Para Briongos, el olivo es un «recuerdo que exige nuestro trabajo y nuestro cuidado, como la misión marista de este tercer centenario».

Sus colegios están inmersos ahora en una renovación metodológica

El hermano provincial Tomás Briongos destacó su «compromiso» para construir el futuro «tomando lo mejor del pasado y abiertos a la novedad», siempre pensando en la formación integral de los niños y jóvenes. En este sentido, los Hermanos Maristas se encuentran inmersos en una renovación metodológica que acompase su rasgo más distintivo, la cercanía al alumno, con «la preocupación por el que más necesidades de apoyo tiene y también intentando sacar lo mejor de cada alumno mediante el trabajo cooperativo», según comentó Tomás Briongos.

Así, una de las novedades de esa metodología que quiere que el alumno «saque toda su inteligencia espiritual» son las «sesiones de interioridad» que están poniendo en marcha desde Educación Infantil a ESO. Una o dos veces al mes realizan sesiones de relajación y de manejo emocional de modo que el niño pueda ser consciente de lo que percibe por los sentidos y «pueda expresar sus sentimientos», porque, a juicio de Briongos, «esto es importante para la educación», influye «en el ritmo de la clase» y para superar problemáticas personales y que tienen que ver con el resto de alumnos.

Asimismo, esta celebración también sirve, según Briongos, para «dar gracias por los años vividos y el trabajo realizado, para mostrar nuestro compromiso por hacer las cosas mejor, pero también para pedir perdón porque en algunos casos no se han hecho bien», en alusión a los casos de abusos a niños que se hayan podido dar en el pasado dentro de sus centros.

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