«Hemos intentado hacer lo mejor para los mayores»
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidad, Isabel Blanco, confiesa que ha llorado mucho. Lo sigue haciendo. No puede contener las lágrimas durante buena parte de la entrevista. «Ha sido muy duro», suspira, aunque se mantiene firme en que «se hizo lo que se tenía que hacer» y niega que no se trasladase a los residentes a los hospitales si era el criterio médico
Su formación de ingeniera la delata en una mesa perfectamente organizada con clasificadores en los que archiva desde los datos de cada residencia a las informaciones publicadas en prensa. Antes de llegar a su despacho en la Consejería, ha pasado por la residencia de personas Mayores La Rubia (Valladolid), donde ha conversado con su directora y con algunas trabajadoras. «Lo hemos pasado muy mal», afirman, con el deseo de que ya puedan hablar en pasado, pero con la certeza de que aún hay que mantenerse muy alerta. «Lo han dado todo», exclama la consejera de Familia, Isabel Blanco, quien reprocha al Gobierno de España su nula actuación en materia de servicios sociales.
El vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, calificó de «crimen» lo sucedido en las residencias de Castilla y León. ¿Qué le diría?
El vicepresidente lo que trata es de generar polémica, buscar la confrontación y tapar su propia irresponsabilidad e incapacidad para gestionar los servicios sociales. Hay que recordar que desde el 14 de marzo estamos en un estado de alarma. Sanidad era mando único. El día 19 asumió los servicios sociales, luego es su responsabilidad. Además, de los 16.000 millones del fondo no reembolsable, mil venían a servicios sociales, 58 a esta Comunidad, que al final desaparecieron. El vicepresidente, que no se cansa de decir que no hay que dejar a nadie atrás, deja atrás a los que más lo necesitan y más han sufrido durante esta pandemia.
¿Cómo calificaría lo que ha pasado en esta crisis sanitaria?
Ha sido muy duro. ¿Quién es el culpable? El virus, sin ninguna duda. Ha atacado a las personas mayores, vulnerables y esas son las que están en las residencias. Es muy duro, es algo para lo que no estábamos preparados.
Pero ha habido más muertes en residencias que en hospitales.
No, no ha sido así. Si se comparan los fallecidos confirmados en hospitales (2.036) y confirmados en residencias (1.483) no es más. Lo que ocurre es que nosotros también damos el dato de fallecidos con síntomas compatibles (1.104), pero nunca sabremos si tenían o no la enfermedad. El problema es que al principio no había test, ya que se empezaron a hacer a partir del 3 de abril, que fue cuando llegaron. Lo hemos contado así porque había que saber la realidad de las residencias.
¿Cómo explica la Orden de la Junta que dice que «se atenderá a los residentes sin necesidad de movilizarlos ni derivarlos al hospital»?
La Orden se firma en la segunda semana de marzo y lo que se pretendía era medicalizar las residencias, tener esa hospitalización domiciliaria. También se crearon los equipos Covid. Eso quiere decir que a los residentes se les proporcionaba oxígeno, antibióticos, cuidados paliativos... Los médicos del hospital iban a verlos diariamente y cuando el criterio médico lo decidía se les enviaba al centro hospitalario. La segunda residencia que intervenimos fue la de Caboalles (León) el 31 de marzo. De 25 residentes, trece estaban hospitalizados. No es verdad que no se les haya mandado al hospital. Hasta el jueves, han sido 4.159. Hay que tener en cuenta que hablamos de personas muy mayores que tienen muchas patologías, que se desorientan y que con esa orden lo que se pretendía era prestarles la mejor atención pensando en ellos. Cuando el criterio médico ha entendido que era mejor atenderles en residencias se las ha tratado allí y si se ha considerado que mejor en los hospitales, se les ha trasladado.
«Pablo Iglesias ha dejado atrás a los que más lo necesitan y más han sufrido la pandemia»
¿Era una excepción el traslado de residentes?
No. Era un criterio médico. Con el protocolo lo que se pretendía es que las personas que necesitaran ser atendidas en las residencias fueran atendidas. Cuando tú tienes a una persona mayor en un hospital, a veces la mandas a casa con cuidados paliativos y a nadie le parece mal. Esa persona se muere en su casa. Prima el criterio sanitario.
Pero las residencias no son hospitales.
Eso lo hemos dicho siempre y hay que tenerlo muy claro. Las residencias son hogares en los que viven las personas. No son hospitales y así tienen que seguir siendo. Las residencias no son hospitales y las casas no son colegios ni centros de trabajo y, sin embargo, han hecho esas funciones.
¿Cree que se ha hecho lo correcto?
Sí. Se tomaron las decisiones que se debían tomar, las mejores para los mayores. Recuerdo la primera residencia que intervenimos, en Adrada de Haza (Burgos). Cuando la interveníamos, con un informe conjunto de Sanidad y Familia, llegamos al centro y vimos a personas muy mayores, con muchas patologías y muy dependientes. En ese momento tuvimos que tomar la decisión de qué hacer. Unos los trasladamos a Burgos, otros al hospital, otros fueron a Palencia y otros a Valladolid. Tomas la decisión de trasladar a esas personas que estaban tan malitas y meterlas hasta dos horas de viaje. De las diez, nueve siguen vivas. ¿Volvería a hacerlo? Una y mil veces. Que no quepa ninguna duda. En aquel momento te tienes que sentar y preguntarte qué haces con esas personas, Las voy a sacar de su residencia y de su ambiente... ¿Llevaría el oxígeno a las residencias, los cuidados paliativos si los necesitan? Sí. ¿Mandaría la gente al hospital cuando ha sido necesario siguiendo el criterio médico? Sí.
Pero sí que ha habido familias que han denunciado que no se ha querido trasladar a sus mayores.
Estamos hablando de 1.214 centros residenciales y más de 48.000 personas. Puede haber habido situaciones puntuales que yo no entro a afirmar ni a negar ni a valorar. Estamos hablando de personas y de los sentimientos de familias. Hemos intentado hacer lo mejor para ellos, que a nadie le quepa ninguna duda.
¿Cree que la Fiscalía tiene motivos para investigar?
Si hay motivos lo tiene que decir ella. Nosotros estamos a su disposición. Diariamente se manda un listado con residencias, fallecidos por Covid y con síntomas, las personas que están en aislamiento, las que están curadas... Cuando hemos intervenido se han enviado los expedientes. ¿Denuncias? Sabemos que las hay y algunas sabemos que se han ido archivando. Una de las últimas archivadas es la de UGT en la residencia Puente de Hierro, en Palencia.
«Las residencias no son hospitales, ni las casas, colegios o centros de trabajo, pero han hecho esas funciones»
El Procurador del Común acaba de tramitar la primera queja de una familia por no hospitalizar a una residente. ¿Qué le parece?
Respeto total y absoluto a ese tipo de decisiones y a las actuaciones que pudieran derivarse.
¿Ha sentido que los servicios sociales estaban en un segundo plano y que se ha priorizado a los sanitarios?
Yo he sentido que el Gobierno central se ha olvidado de los servicios sociales. En el decreto del estado de alarma no aparecen los servicios sociales ni las residencias. Habla de mercadillos, tiendas, bares... Pero no habla de los servicios sociales. En Castilla y León, el día 11 ya restringimos las visitas a las residencias. ¿Cuántas veces ha hablado el Gobierno central de la ayuda a domicilio o de los centros de día, de la teleasistencia...?.
¿Y la Junta? ¿Ha priorizado la sanidad a los servicios sociales?
No. Desde el primer momento se dieron pautas de qué había que hacer. El problema de las residencias es que no había material. El Gobierno dijo «yo soy el mando único y compro material». Recuerdo cuando el presidente del Gobierno dijo que había millón y medio de mascarillas que íbamos a repartir para toda España. Nosotros, en las residencias, hemos dado más de cuatro millones de mascarillas. El vicepresidente del Gobierno dijo que iba a enviar equipos directamente y nunca llegaron.
Y el Gobierno autonómico, ¿ha colocado detrás a los servicios sociales?
No, detrás no. Han estado en un plano diferente. El mando único es sanitario y las actuaciones que hay que tomar también en servicios sociales son sobre todo sanitarias.
«Los profesionales de los servicios sociales también se merecen un Premio Princesa de Asturias»
¿Han faltado aplausos para los profesionales de las residencias y de muchos servicios asistenciales?
Sí. Habrá que preguntarle a la gente por qué ha sido así. Igual porque los sanitarios tienen más visibilidad. Yo no me canso de agradecer la labor de las personas que trabajan en servicios sociales. Lo han dado todo y por eso he echado de menos que se les reconozca. He oído al presidente y al vicepresidente del Gobierno hablar de los sanitarios, pero no agradecer a las personas que prestan otros trabajos asistenciales. Nuestra sociedad puede estar muy orgullosa del personal sanitario, pero lo puede estar igual o más del de servicios sociales que también se merecen un Premio Princesa de Asturias.
¿La pandemia ha cuestionado el modelo residencial?
Nos tiene que hacer reflexionar. Las residencias no están preparadas para lo que ha pasado, como no estábamos preparados ninguno. Hay cosas que han funcionado muy bien, como las unidades de convivencia porque son módulos dentro de una residencia y son fáciles de aislar. Hacia eso hay que evolucionar. Sí hemos visto que tienen que tener una dotación mínima de equipos de protección. Hay que analizar el modelo, ver qué ha funcionado y qué no para mejorarlo.
De los 1.214 centros de la Comunidad, sólo 25 son titularidad de la Junta. ¿Es ése el problema?
No. La incidencia del virus ha sido la misma en centros públicos que en privados, el 20%, más o menos. Tenemos el centro de la Rubia, de Valladolid, en el que no ha habido casos, y en la asistida de Segovia, que es igual, sí.
En los últimos decretos de la Consejería se flexibilizaba la presencia de profesionales sanitarios en las residencias. ¿Lo van a reconsiderar?
Vamos a hacer la Ley de Atención Residencial y a escuchar a los expertos. Hay que tener en cuenta que las personas que están en las residencias tienen sus tarjetas sanitarias para ser atendidos por el sistema de salud.
Esta semana han comenzado las visitas en los centros sin casos activos. Los gerentes están aterrados.
Y nosotros. Todas las mañanas cruzamos los dedos y respiramos cuando vemos los datos. Las visitas nos dan mucho miedo.
¿Hay stock suficiente de equipos de protección por lo que pueda venir?
El principio, el problema que hubo es que no había material, pero según fue llegando se fue repartiendo. Los centros propios están abastecidos y a los privado desde el 1 de junio dejamos de suministrar porque ya era más fácil acceder a los mercados. Habría stock suficiente.
«Hay buena relación con la Consejería de Sanidad; esto no es Madrid»
¿Le ha molestado alguna decisión de la Consejería de Sanidad?
No. Hay buena relación entre las dos consejerías. Han sido muchas órdenes y protocolos las que se han firmado de manera conjunta.
¿La coordinación podía haber sido mejor?
Las dos consejeras hemos estado coordinadas. Esto no es Madrid. No ha habido problemas.
La oposición socialista dice lo contrario.
Habrá que preguntar a la oposición por qué lo dice, pero yo lo niego. Ha habido la tensión lógica del momento provocada por la situación. No ha habido problemas. Aquí hemos sido un Gobierno.
¿Ha llorado mucho estos meses?
Sí, mucho
—¿Cuál fue la peor noche?
—Han sido muchas. El fin de semana del 21 y 22 de marzo fue de los peores. Estamos hablando de mayores. Cuando tienes que intervenir las residencias de Caboalles, Adrada de Haza... Uff.
¿Se ha sentido impotente?
Sí. Frustrada al decir «no puedo hacer más». Has dedicado todas las horas, energía y esfuerzo y ves que no llegas a todo.
¿Llegó a decir «hasta aquí, no puedo más»?
No lo he dicho. Nunca pensé en tirar la toalla.
¿Tiene miedo al aluvión de denuncias?
No.
¿Y a acabar en un procedimiento judicial como máxima responsable de los servicios sociales?
No me da miedo. Si llegamos a estar inmersos en un procedimiento judicial, pues lo estamos.
¿Cómo valora el comportamiento del PSOE durante la pandemia?
Con la portavoz de Familia del PSOE, con Isabel Gonzalo, he tenido muy buena relación, no puedo tener quejas.
¿Qué piensa cuando oye decir que «se ha dejado morir a los ancianos»?
Te duele porque es mentira. En ningún momento. Nos hemos dejado la piel haciendo todo lo posible y pensando en ellos.