Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
Turistear
![Última edición del Mad Cool celebrado el pasado mes de julio en Madrid](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/02/01/madcool-kK4C--1248x698@abc.jpg)
A mí me gusta Valladolid con sus turistas deslumbrados cuando rezan ante la fachada de San Pablo . Cuando los ingleses entienden que esto era el centro del mundo y en esta plaza exactamente era donde no se ponía el sol. Dos calles más allá, atardece. Los japoneses agrupados y los erasmus sentados en el suelo de la Plaza Mayor buscando el sol. Me gusta Valladolid con sus turistas aprendiendo lo que es el silencio cuando llegan en Semana Santa, porque esta ciudad reza y calla hacia adentro, como turismo hacia adentro hace una señora con el visillo corrido de un mirador. En Valladolid también turisteó la Corte, pero luego siempre se volvía a ir .
Valladolid es una ciudad para pasear sin prisa, quitándole capas despacio, desvistiéndola de edificios setenteros hechos de los restos de los materiales más feos que a uno se le puedan ocurrir. Pero es precisamente justo después, cuando uno comienza a quitarle capas, donde principia la ciudad. Llega a la Casa de Cervantes o al Casino de Duque la Victoria y por ahí es por donde se aprende a Valladolid, porque a Valladolid se aprende como se aprende a tantas cosas. Se aprende a mirar sus espadañas y sus iglesias, una en cada esquina y con cigüeña. Se aprende a Valladolid cuando se entiende que esta es una ciudad para fâneurs .
Como Óscar Puente tiene esos ramalazos populistas que le salen de vez en cuando para que le quieran en Twitter, resulta que ahora quiere el «Mad Cool» en Valladolid. El día que nuestros políticos se borren Twitter e Instagram quizá vuelva a progresar el mundo . A nadie puede convencerle esta política de cambiar el turismo de calidad por turistas al peso. Cambiar el turismo que come y sabe beber por otro de multitudes, como si Valladolid fuese Venecia y les entrasen las prisas como si nos fuese a engullir el Pisuerga. No aprendemos… Ahora que podíamos tener la suerte de que desapareciese Benidorm gracias al cambio climático, llega Puente y le da porque Valladolid pueda convertirse en el nuevo Benidorm . ¿El caso no era incrementar las ventas de vino?, pues turismo de cachi y calimocho. Eso sí, que sea Ribera. Siempre nuestros políticos tan literales, dijeron de convertir la ciudad en un contenedor cultural y ahí están, dándolo todo, con diligente esmero.
Para qué luchar por ser subsede del Prado cuando se puede tener a 75.000 críos borrachos que sueñan que son Velázquez mientras se mean en las Meninas y en la pared. Y no lo digo porque me disguste el ‘Mad Cool’ precisamente, que es de los pocos festivales a los que iría. Pero no en Valladolid, por Dios . Con Las Moreras rebosantes de críos etílicos en ferias cumplimos los vallisoletanos para todo el año.