Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Las reflexiones las carga el diablo

«Benditos domingos los de entonces. Uno salía de casa como si jugaran el Madrid y el Barça. Se iba con la seguridad de que habría partido y después, finalmente, formarían gobierno»

Óbra de teatro «Jornada de reflexión» interpretada por el dúo Los Torreznos en Monzón de Campos (Palencia) ICAL

Qué belleza, esta ciudad reflexionando, como callaban sus plazas ayer en medio del silencio democrático. Qué prudencia el voltear de campanas, la serenidad de sus siglos, qué gentil el lloviznar despacio para que usted reflexione el voto, que las reflexiones –ya se sabe– las carga el diablo.

Yo ayer reflexioné sobre casi todo. Cuando toca jornada de reflexión aprovecho para ponerme estajanovista y desatascar lo atrasado. Abrí libros, leí esquelas pensando que la reflexión última es precisamente esa. Reflexioné sobre Solana, que «era un Picasso que no había salido de España» . Qué bien habría pintado don José esta mañana. Todavía recuerdo cuando mi primo votó por primera vez y votó «a los verdes». Mi abuelo le dijo que no se preocupase, que a los dieciocho todavía se puede tirar el voto. Aquello fue en los estertores de la España bipartidista. Ahora da igual la edad, también nos obligaron en abril a tirar el voto . Benditos domingos los de entonces. Uno salía de casa como si jugaran el Madrid y el Barça . Se iba con la seguridad de que habría partido y después, finalmente, formarían gobierno. De que ambos meterían cinco goles a la democracia por la escuadra lo más seguro, pero no marearían demasiado. Ahora le quieren meter cinco goles, los cinco… Qué tranquilidad la de antaño, la dialéctica solapada de Rajoy que ha heredado entera Ana Pasto r: «Yo lo que le quiero decir», repetía en el debate el otro día… pero nunca remataba con la celebre cita de que «un plato es un plato». Aquel idioma torcido pero sosegado que nada tiene que ver con el de los socialistas que sacan sus discursos de Hermano Lobo y tienen el cuajo de decir: «O nosotros o el caos».

No son los 140 millones de euros de repetir los comicios, ni la incertidumbre de si tocará presidir mesa, no vayamos a ponernos exquisito a estas alturas. Es Rivera diciendo que no y al final sin tiempo que bueno, venga, vale. Es Pedro Sánchez sacando a pasear a la Fiscalía, a Franco y el Falcon con tal de atrincherarse en La Moncloa. Es su desprecio por las formas y los sacrosantos modales. Reflexionar con asiduidad es el único favor que le ha hecho Pedro Sánchez a la democracia desde que tiene como rehén al PSOE. Quizá resulte que sí que quiere ser hombre de Estado, quiero convertir la reflexión en deporte nacional y por eso si se descuidan volveremos a votar en marzo.

Reflexione el lector con cuidado , que las reflexiones las carga el diablo. Yo ya medité en abril y cambio poco, lo esencial: cambio de libros y de calzoncillos. Hoy me iré a tomar el vermú que es el único deber democrático que se me ocurre un domingo para con la civilización occidental. Después me tomaré otro a ver si con suerte se me olvida ir a votar.

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