¿De quién dependen los 142 millones, eh?

La democracia está en las explicaciones. En esas explicaciones que le exigieron ferozmente a Rajoy por unos trajes como si se tratase de un asesinato. En las mismas que Ábalos se niega a dar tras su «encuentro» con la vicepresidenta de Maduro que, de casualidad, pasaba por Barajas. La democracia está en las explicaciones que se dan: a un juez, a la militancia cabreada tras la compra de un chalé, al Congreso de los Diputados… Pero sobre todo en las que se niega a dar el ministro Ábalos. Y pretende quedarse tan ancho porque toda la democracia es suya.

En el «bah» con el que resumió su encuentro con una mujer que tiene prohibida la entrada en Europa van los 142 millones que el Gobierno le debe a Castilla y León. Esos ciento cuarenta millones de los que Montero dice que el Gobierno va a hacer un «sin pa» porque la ley lo avala. Yo, entre tanto, me pregunto dónde queda la solidaridad territorial que propugna la Constitución. Dónde la justicia social que exige el PSOE, para quién esa soflama de que en España no existen ciudadanos de primera y de segunda. Pero sí de tercera.

El Gobierno no tiene dinero para Castilla y León, ni para Castilla-La Mancha, para devolver lo correspondiente al IVA de 2017. Los millones que dejaron a pagar aquí se los han prometido ya a los nacionalistas vascos y catalanes. «Si el daño se produjo en el año 2017, se tenía que haber reparado en el 2019», dijo la ministra Montero muy a gusto. Como si en 2019 hubiese habido Gobierno gobernando y no un hombre más preocupado de sí mismo que del país. El pasado año estaban en ganarse a los españoles con aquello de que Pedro Sánchez no podía dormir de pensar en un gobierno con Podemos.

Por mí que se queden con el dinero si lo emplean para hacer monumento a Irene Montero que, ahora que por fin es ministra, ha aprendido lo que es el sosiego; el mismo que exige mientras está en juego la seguridad de los menores tutelados por el Estado. Se podría usar el dinero para comprar una corbata a Pablo Iglesias, que no sea estrecha, por favor. O enseñarle modales a Ábalos para no quedar como un matón de discoteca. Yo estaría encantado de que esos 142 millones de euros se los quedara el Gobierno central en esta avaricia feroz suya si se empleasen para recibir a Guaidó en Moncloa, como lo recibió Macron en el Elíseo. Gastarlos en demostrar a Venezuela entera y al mundo que España no tolera las dictaduras, no sólo las que acabaron hace más de cuatro décadas y yacían ya muertas y sepultadas.

En el «bah» con el que respondió Ábalos a la prensa y en el «¿de quién depende la fiscalía, eh?» de Pedro Sánchez van los 142 millones de Castilla y León y la democracia de España.