Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

EL POSE

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente ICAL

GUILLERMO GARABITO

En España sólo hay dos clases de políticos: Los de siempre, aquellos de la Transición que encarnan en Rajoy, hombres preparados que saben de lo que hablan y dispuestos a servir. Y después una clase de político que puso de moda Óscar Puente cuando a Pedro Sánchez le echaron los suyos con criterio de la secretaría general del PSOE –ahora POSE–. Un tipo dispuesto a servirse sólo a sí mismo. Porque exactamente en eso se ha convertido la izquierda dominante, en gente dispuesta a decir una cosa y la contraria en menos de unas horas de diferencia y sin sonrojo. Populismo camuflado por un nombre respetable.

EL PSOE podría modificar sus siglas sin rubor, alterarles el orden como hace con la verdad en eso que ahora se llama relato. Porque el relato no es más que la inquisición de la verdad, una verdad aliñada por los intereses del autor. Contra esto, como viene defendiendo toda esta cuarentena el profesor Quintana, merece la pena perseverar en la verdad, sin más motivo que por ser lo correcto. Incluso ahora que no da réditos y acarrea problemas. De ahí que a los periódicos publiquemos cada mañana la crónica de este desastre de más de 22.000 muertos, un país con las libertades tomadas y camino del precipicio económico. Y no es crear desafección, por mucho que quiera el Gobierno, es hacer periodismo con mayúsculas, que consiste en acercarse a la verdad –porque la verdad no es subjetiva–.

Primero quisieron que los niños salieran a pasear, puesto que pasear queda muy socialdemócrata. Después los mandaron al supermercado con los padres, que es como ponerle al niño un cinturón de explosivos y una hora después dijeron que ya mejor si eso otra vez a pasear. Los adultos únicamente volveremos a la calle, como dice Cristian Campos, cuando el Gobierno tenga un plan… para seguir en el poder.

El nuevo PSOE de Pedro Sánchez debería cambiar el orden de sus siglas por las de POSE, porque en eso basan su forma de hacer política. La prueba es esta crisis. Una pose detrás de otra... Presumir de los test –que no se han hecho– en la BBC, de las medidas que no se tomaron, e incluso de las que se tomaron mal y tarde. Posar con mascarilla mientras los médicos y los españoles siguen sin ellas, posar en Europa, posar sus posaderas en Moncloa a toda costa. Sólo les ha faltado posar con los muertos.

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