Guillermo Garabito - LA SOMBRA DE MIS PASOS

Onanismo ideológico

Pablo Casado y Santiago Abascal BALLESTEROS

Guillermo Garabito

Ya no hay dos o tres derechas en España, hay diez millones, español arriba, español abajo. Porque el votante a la derecha quiere un partido sólo para él —como lo quiere el de izquierdas—, quiere una derecha que le hable como le habla su Twitter, como le hablan los anuncios de Instagram: es decir como si sólo existiera él. «Españolito que vienes al mundo», monta un partido o dos.

Esta década del siglo XXI es la del onanismo ideológico que nos traemos con nosotros mismos a izquierda y a derecha. El éxito de todos los populismos. El hombre de hoy explica el mundo en 280 caracteres y si le sobra hueco, de paso, te explica también a Dios. Twitter es hacerse estatuas efímeras a uno mismo, aplaudirse con las orejas. Twitter, los días que hay debate político, resulta insoportable porque todo el mundo se erige en presidente del Gobierno, en oposición, en escritor de discursos y en el Iván Redondo de todos los partidos.

Twitter es la cólera del español sentado, porque la pluralidad política hace tiempo que acaba en nosotros mismos y les exigimos a ellos lo que ni siquiera nos exigimos ya nosotros. Y pensaríamos en ello, calculo, si en un tuit cupiera un examen de conciencia, como no.

Los días como ayer, que todo el mundo le habría escrito otro discurso a Casado, a Abascal y al ujier del Congreso, incluso, si éste hubiese tenido oportunidad de decir algo, me hacen añorar el viejo bipartidismo predecible de corazón. Aquellos debates monótonos, porque cuando la política no alza la voz es cuando el país suele ir mejor. Qué diferencia con este discurso hiperglucémico del «tú y tú y tú» que es el siglo XXI y que en España pusieron de moda Sánchez, Iglesias y Alborán.

Nos hemos vuelto nacionalistas de nosotros mismos. La patria es lo que digamos nosotros y no el de al lado –que obviamente no tiene ni idea si no piensa como nosotros–, porque ya no nos vale un solo país como en el 78... ahora queremos 47 millones de Españas. Eso es lo que han conseguido con tanto populismo y Mr. Wonderful.

Mientras, yo sólo aspiro a una España donde nuestros políticos nos dejen en paz. Y, a ser posible, un Gobierno que sepa cómo liderar esta pandemia sin que mueran 60.000 españoles más.

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