Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
El muro de Madrid
«En Moncloa más que un consejo de ministros han montado un «talent show». Porque la política, como todo el siglo XXI es un espectáculo audiovisual»
Los días que quiero llamar la atención me comporto como un adulto. Hoy es más raro ver adultos calmados en España que linces en Guadarrama . Esta legislatura, a imagen y semejanza de Trump , serán todo muros. Cortinones de humo espeso y caliente para distraer a los españoles de lo que de verdad importa. Que no cuadran 35.000 millones de nuestro presupuesto para gobernar España, pues «pin parental». Que el Gobierno puede desvirtuarse con la entrada de Podemos, pues 22 ministerios. En Moncloa más que un consejo de ministros han montado un «talent show» . Porque la política, como todo el siglo XXI es un espectáculo audiovisual. Los ministros y los críos de «Operación triunfo» compitiendo por ser lo más visto del día. Lo que no sabemos exactamente todavía es quién da la nota y quién hace política. Pedro Sánchez ha escogido tantas carteras precisamente porque sabe que la vida de un ministro es corta, más que la de un aguacate en su punto y que la audiencia se cansa rápido. Lo aprendió con Màxim Huerta -que ahora que no es ministro se hace llamar Máximo, como si quisiera ser emperador-.
Sánchez, que todavía no es emperador, se ha montado un consejo con una veintena de ministros para diluir el peso de cada uno de los ministerios. Tapial de humo. Ministro en España es ya como ser vocal de mesa en un colegio electoral , es cuestión de esperar a que te toque el turno. Ser ministro es la nueva mili que quiere implantar el PSOE para que no les acusen de acaparar el poder. Así cada español al morir, calculo a este paso, habrá sido ministro 1,22 veces en su vida. Es precisamente esa idea la del presidente: Ministros hay 22, pero presidente sólo hay uno . El único inconveniente que tiene esa ocurrencia, que no sabemos si es de Pedro Sánchez o de Iván Redondo -aunque cada vez son más la misma persona- es que produzca efecto rebote como el del viernes y cada uno quiera su minuto de gloria en televisión.
Ahí estaba Celaá , que como la han quitado de portavoz de este nuevo Gobierno deja claro que ella quiere seguir portavoceando. Y su primera ocurrencia ha sido decir que los hijos son del Estado: «¡Exprópiese!» Porque los hijos, aseguró, «de ninguna forma pertenecen a los padres» . Cortinas de humo, ocurrencias de ministros con ganas de salir en televisión y desviar el foco de los debates que de verdad importan. Si supiese el Estado lo que cuesta criar a un hijo se lo devolverían ipso facto a los padres al enterarse del precio de los pañales, los libros de texto y de lo que dan por saco los domingos por la mañana.
La URSS levantó el muro de Berlín y Pedro Sanchez tiene intención de levantar el muro de Madrid , hecho entero de humo, que es más barato. Con la polución ideológica y ambiental de las dos Españas que la cargue el que venga.