Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Mientras haya Reyes

«Por mí como si Sánchez acaba el siete de presidente e Iglesias de virrey, tal vez así los españoles que le votaron se caigan de una vez del caballo»

ICAL

Aún escribo cartas a mi novia, qué feos son todos los sellos que ahora venden. A ella le escribo como si supiese escribir, como si debajo de este abrigo hubiese un escritor. A los Reyes, habrá que escribirles como decía Pla que se han de escribir todas las cartas, como si se escribiese a la familia . Y en esta misiva, encabezándola desde La Mudarra –Valladolid–, me confesaré conmigo mismo, con Dios y con Correos en el primer párrafo. No tengo nada que pedir. Para poder pedir de verdad algo que me ilusione habría de implorar primero otras cosas. La mirada de la infancia, por ejemplo. Decir que quiero todo lo que perdí: a mi abuelo y a mi abuela muertos. Y de paso conservar esta nostalgia que ahora tengo porque la vida es, precisamente, ir hipotecando hasta la saudade.

Pero es cinco de enero y desearé por no fastidiar alguna cosa, aunque sea banal. Un sombrero, un reloj parado en primavera, la certeza de que esta sociedad no dará al traste, un gobierno que no quiera llegar con la venia de los que un día asesinaron a los suyos, a los españoles. Y que no esté dispuesto marchar al son dictatorial de ERC . ¡Qué valiente Ana Oramas! Puestos a encargar, estaría bien un gobierno para el que sirve cualquier otro socialista. Eduardo Madina , eso sí sería un buen regalo. Pero me conformaré, a estas alturas, con un presidente que no se parezca tanto como Pedro Sánchez se asemeja a Donald Trump . La única diferencia entre uno y otro, es que el segundo ya era rico antes de llegar a la presidencia y el nuestro sólo quiere llegar para ser alguien.

De pequeño, me dedicaba a pedir cosas que no existían: una espada láser, de las de verdad y así. Después he ido madurando y ya sólo pido cosas imposibles como que el PSOE recupere la cordura, que para Pedro Sánchez no valga España como moneda de cambio , que no se hable del 155 como de un arma nuclear. Ahora, el problema que tengo es que todo lo que quiero está agotado, hace años que no queda sentido de Estado. Por mí como si Sánchez acaba el siete de presidente e Iglesias de virrey, tal vez así los españoles que le votaron se caigan de una vez del caballo. Mientras haya Reyes…

Yo lo que quiero de verdad para mañana es un trozo de roscón a mitad de verano. Escribir una novela o plagiarla, qué más da, con tal de que sea buena. Beber Negronis en Roma. Quiero el Campo Grande con sus pavos reales, que sea el jardín de mi casa . Que la espadaña de La Antigua siga estando –por los siglos– tan enhiesta. Quiero esta ciudad, retales de lo mío, así envuelta entre la niebla.

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