Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
El Grinch
El único juguete que le interesa a Garzón es su ministerio y ese sí que no es para niños ni niñas
El Ministerio de Consumo es uno de tantos órganos en España que ni el ministro del ramo sabe para qué sirve, pero en algún sitio había que encontrarle hueco. Alberto Garzón llegó a Moncloa pensando que iba a ser Varoufakis y ha terminado siendo el Grinch, un tipo cuya vocación es decirle a la gente que coma menos chuletón y más hummus de berenjena porque es nutritivo y sobre todo barato… Ese ha sido el mayor logro del Ministerio de Consumo durante esta legislatura.
Mente privilegiada de la política. Un tipo al que le dieron un ministerio inexistente como quien le da una soga a un suicida y en vez de suicidarse ha decidido quedarse muy quieto para que nadie le relacione con la crisis de precios que barre Europa y mucho menos le pida explicaciones de por qué está todo tan caro en España.
Ahora, mientras el carburante y los quesos se disparan, dice el ministro que lo más importante es que los juguetes no entiendan de niños o de niñas. Que los críos deben jugar con Barbies y Power Rangers indistintamente de su sexo. Por eso ha convocado una huelga de juguetes, tal cual lo lee usted, para el próximo doce de diciembre. Y a mí la única explicación que se me ocurre para esta bobada con la que está cayendo, a parte de la agenda ociosa de Garzón, es para ver si los sindicatos -que llevan años de capa caída- logran alguna afiliación nueva, aunque sea de un Action Man. Está empeñado el Gobierno de Pedro Sánchez con regularlo todo, la prensa, la oposición, la pandemia y ahora, también, con qué juguetes deben jugar los críos. Si un niño coge un Power Ranger es un síntoma heteropatriarcal que no se debe consentir y si una niña juega con una Barbie… ¡Ay, pobre niña oprimida!
De lo que no se ha enterado todavía Garzón es de que los críos juegan con lo que les apetece desde que el capitalismo permitió que hubiera juguetes nuevos cada seis de enero, pero eso no es novedad. Alberto Garzón llega tarde a casi todo en la historia y esta no iba a ser una ocasión especial. El único juguete que le interesa a Garzón es su ministerio y ese sí que no es para niños, ni para niñas, es un juguete que no comparte porque con el ministerio sólo juega él.