Devociones marianas

Para hacerse miembro del Partido Popular parece que únicamente es necesario no aprender de los errores. Caer una y otra vez en la misma piedra, que no es la corrupción, si no la confianza. Lo de la corrupción, viendo las cifras con perspectiva, lo lidera muy por delante el partido socialista, aunque todavía tengan ganas de ir dando lecciones. Luego piden el cierre de los prostíbulos en España. Y a mí esa sí que me parece una buena medida, como cuando un alcohólico suplica que le alejen de la bebida… Por ahí se ataja al menos una parte importante de lo de Andalucía.

Pero lo de los populares es caer una y otra vez, siempre en lo mismo. Para hacerse miembro del PP parece que sólo hay que confiar en los tuyos como si ninguno pudiera ser un traidor a la causa y lo que es mucho peor, a la patria -que es el Estado-. En el partido de Casado todavía no han aprendido, los hay que siguen ciegos en la defensa de los suyos cuando, incluso el juzgado empieza a tirar de la manta… Un heroísmo suicida que pusieron de moda en el partido cuando lo de Bárcenas. Sólo así se explica que a la pregunta a traición de un periodista sobre lo de la «operación Kitchen», Alfonso Fernández Mañueco responda que confía en Rajoy, «porque es su amigo». Y lo dijo en la radio, con dos narices, para que quede grabado. Sólo le faltó añadir: ¡Mariano, sé fuerte!

Y es que no aprenden. En el PP les gusta jugar con el fuego que nunca se apaga de las hemerotecas y dejar para los restos, ahí grabado, algo que a Mañueco le puede salir bien o le puede salir mal, pero que en ningún caso le reporta nada a su gestión que es lo único que debería importarle a un político. Más si de paso es presidente.

A mí Rajoy me parece también un buen presidente, coincido con Mañueco. Más allá de eso hace tiempo que no pongo la mano en el fuego por nadie, ni por mí mismo, a no ser que un juez me dé el visto bueno.