Guillermo Garabito - LA SOMBRA DE MIS PASOS

Cuando vuelva Europa

«No puedo creerme esta Europa tan fría, la bajeza de unos países tan bajos, ni que mis abuelos y los suyos no merezcan mucha vida»

Guillermo Garabito

Se acabó, no da más de sí el coronavirus. No queda espacio para más muertos, ni para más informes que dicen que pronto llegará el pico, mientras se mueren más que ayer los vivos. No dan más de sí estos horizontes que ahora observo, los llevo ordeñando quince días. Y he retajado todos los tejados de mirarlos con ideas que se escapan cuando escribo.

No hago más que pensarlo y no da más de sí esta Europa, que es una fosa común de lo que fuimos. No da el pecho de los holandeses, que son sepultureros y genocidas de sí mismos. Tenía razón Delibes: «Europa parada y fonda». Tampoco da más de sí este victimismo gubernamental de cada día: «Nadie podía saberlo». Los expertos lo sabían y su trabajo, su trabajo señores, consiste en saber. «Al poder se llega aprendido», dijo el otro día José María García. Por no dar, ya no dan de sí tampoco la excusas, ni los test falsos, pero después el Ministerio le vuelve a comprar más material a la misma empresa. Se les van cayendo las mentiras, por eso siguen filtrando las preguntas de prensa. Es inútil este partidismo estéril de la izquierda cuando habla Irene Montero diciendo que las autoridades no prohibieron el 8-M cuando la autoridad son ellos. Tenemos desde hace tiempo un Gobierno varado entre los acontecimientos. A Pedro Sánchez legislando según amanezca el día y a costa de los empresarios y el empleo, de un país y de su ruina. Pedro Sánchez, diciéndole a los españoles que sólo puede «ofrecer sacrificio».

Por eso ahora que no da más de sí nada, en medio de esta catarsis y entre tanto dolor, tal vez haya un camino. «Llegué por el dolor a la alegría. / Supe por el dolor que el alma existe».

Puede -sino debe- ser este el momento de que Europa vuelva a ser Europa. Y si a Europa le sobran países, que se vayan. Europa es un sentimiento común desde Carlos V. Por eso no puedo creerme esta Europa tan fría, la bajeza de unos países tan bajos, ni que mis abuelos y los suyos no merezcan mucha vida. Yo creo en Dios y en una Europa que es, sobre todas las cosas, grecolatina.

Hoy a diferencia de ayer, tengo un año más y una hora más de luz al día. Hoy, como ayer, los seguiré asomando a mi ventana, que da a Europa. Porque Europa es esta catedral que ahora miro, los cimientos de la cristiandad, el juramento hipocrático, los médicos afanándose en salvar pacientes, los reponedores, los camioneros, los autónomos, usted, lector, estos aplausos, el discurso del presidente de Portugal, mis abuelos y todos los que aún creen en la vida.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación