Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
Del altillo al cielo
«Irse a Madrid ya no es el futuro. El futuro de los jóvenes es un oxímoron»
La luz de estas tardes con patos, la ciudad evanescente y un viaje a Madrid constantemente pospuesto, sobre esto escribiría yo un dietario. Irse a Madrid es una tarea que uno va eludiendo eternamente. Estar yéndose a Madrid y nunca irse como forma de vida. Yo me he ido tantas veces sin moverme de Valladolid… Madrid es donde se han ido casi todos mis amigos. Es un futuro de ida y vuelta del que uno ya tiene prisa por volverse cuando acaba de llegar. Mi amigo Jesús Nieto Jurado se fue a Madrid a escribir; a escribir mejor que nadie. Porque escribir es hacer una mili a la que nadie te ha llamado. Escribir es otra forma de precariedad para los jóvenes. Es calentarse quemando metáforas en las tardes del invierno.
Nieto se fue hace años a escribirse dos columnas diarias, «una para vivir y la otra para beber», decía Cossío. Pero JNJ escribe dos columnas diarias, un editorial, un prólogo, un dietario y lo que haga falta para comer, porque el periodismo no es lo que conoció Don Francisco. Está la cosa de aquella manera y el éxito ahora es publicar lo que a uno le da la gana y no lo que mandan los cánones modernos de las ventas. Publicar, por ejemplo, unas memorias a los treinta. Unas memorias que no son memorias, porque cuando escribe Jesús tiene algo de Ruano, de no saber si dice «la mitad de su verdad o el doble de su mentira».
«El altillo» (Chiado Books), es lo contrario a la caverna de Platón, es un sitio al que hay que entrar para entender la vida y a Jesús. Para entender ese Madrid de La Gran Vía, que son cantos de sirena y la cuesta que sube Sísifo todas las tardes. Nieto es un Sísifo de mi generación, un espectáculo pirotécnico. Nieto en sus memorias, como Lola Flores, «no canta, no baila. No se lo pierdan».
Irse a Madrid ya no es el futuro. El futuro de los jóvenes es un oxímoron. Un futuro que supuestamente andaba en Madrid y que ahora dicen los políticos que está en el medio rural; trashumancia de oportunidades. Los políticos van moviendo el futuro de sitio cada década.