Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

¡Adiós, Europa!

«Europa se descompone (...) porque Europa no quiere ser más Europa, porque nos hemos olvidado de nuestros principios y valores. Y lo demuestran ocurrencias como las de Holanda»

La soledad es el paisaje más cansado que conozco, esta soledad de La Mudarra las tardes de febrero. No conozco a ninguna persona que cumplidos los ochenta no haya dicho nunca que está cansado de vivir. Mi abuela lo repite constantemente, pero cuando la toca andar sin el bastón o cualquier otro deporte de riesgo, se aferra al brazo más cercano con la misma fuerza que si tuviera veinte años. «Para las ganas que tienes de morir, el miedo que le tienes», que dice mi amigo Mario. ¡Nadie quiere morir!.

El Gobierno holandés ha propuesto una «pastilla letal» sin receta, ni otros requisitos, que puedan adquirir los mayores de setenta que estén «cansados de vivir». ¡Nos vamos al carajo! Europa se descompone y no porque el Reino Unido se haya ido a ninguna parte y las autoridades europeas se quieran bajar los pantalones. Se descompone porque Europa no quiere ser más Europa, porque nos hemos olvidado de nuestros principios y valores. Y lo demuestran ocurrencias como las de Holanda. Benditas coaliciones, que son una competición de ideas de bombero. Quizá Sánchez e Iglesias, en nombre del progresismo, estén brindado con la posibilidad de que Holanda lo apruebe próximamente. Sería la forma más veloz de resolver la deriva irremediable del sistema de pensiones español. Y todo en aras del progreso, que es con lo que se justifican siempre las barbaridades más inhóspitas.

¿Qué es estar cansado de vivir exactamente? Los días malos yo también me quiero morir y lo digo sobre todo porque me queda muy literario. Querer morirse es el principio de casi todas las columnas buenas que conozco. Uno la empieza a escribir así y una vez la acaba se aferra a la vida nuevamente como se aferra mi abuela.

No conozco más cansancio de estar vivo que las tardes fugaces del invierno a ras de páramo. Ni más razones que las que tienen los viejos de por aquí. Cansancio es cargar con el peso de estos cielos fríos de mármol, de la leña para la chimenea hasta mayo y con la soledad de saberse cada día más solos. Y aunque lo digan por darle dramatismo al paisaje y al relato, no por eso se quieren morir. Tal vez porque esto sigue siendo el centro de la vieja Europa -esto que ya no es el centro de nada-, un reducto inexpugnable del humanismo que inspiró Europa.

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