Sociedad
Garoña: cuatro años de apagón
La historia reciente de la central está marcada por pugnas políticas y tiras y afloja con la empresa
La central nuclear de Garoña ha sumado este miércoles un nuevo capítulo a su historia reciente, llena desde hace años de imprevistos, cambios de opinión, informes varios y motivaciones políticas , que comenzaron a sucederse cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero determinó su cierre allá por 2009 y continuaron, posteriormente, cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy trató de evitar esta sentencia sin éxito , ya que en diciembre de 2012 cesó su actividad por voluntad de la empresa. El visto bueno técnico del CSN de este miércoles a que se renueve la licencia podría abrir la puerta a que su reactor vuelva a funcionar. La última palabra la tendrá el Ministerio de Energía, que determinará si concede a la planta burgalesa una vida útil hasta 2031.
El «culebrón» de Garoña arrancó, así, cuando en julio de 2009, el Gobierno socialista ordenó el cierre de Garoña para 2013, pese al informe favorable del Consejo de Seguridad Nacional, que recogía que la planta podía continuar operativa desde un punto de vista técnico. Sin embargo, antes de esa fecha la llegada de los populares al Gobierno supuso un cambio de tendencia.
El equipo de Marino Rajoy trató de revertir la situación de cierre y modificó el decreto socialista para posibilitar la continuidad de la central. No obstante, y pese a que la planta contaba con el visto bueno técnico del CSN y el beneplácito del Gobierno, Nuclenor -la empresa propietaria participada por Iberdrola y Endesa- dejó pasar el plazo de solicitud en pleno tira y afloja entre las eléctricas y el Ejecutivo central por materia de impuestos.
En este contexto, y seis meses antes del cierre previsto -en julio de 2013 perdía vigencia la licencia de Garoña- la empresa adelantó la parada. En diciembre de 2012 frena, de esta forma, la actividad de su reactor para evitar pagar un impuesto con el nuevo año.
Meses después el Gobierno volvería, de nuevo, a facilitar la continuidad de la central con la aprobación de un real decreto que permitía que las instalaciones reabrieran al haber cerrado por cuestiones económicas y no de seguridad. Este paso llevó después a que Nuclenor solicitará la prórroga hasta el año 2031, un proceso dilatado en el tiempo que lleva hasta el día de hoy, después de varios pronunciamientos del CSN exigiendo a la empresa actuaciones sobre la planta. Éstos son prácticamente los requsitos que este miércoles vuleve a reclamar el Consejo de Seguridad Nuclear si la central burgalesa quiere volver a estar operativa.
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