Gabriel Cualladó y Francisco Gómez, dos amigos «inseparables» que renovaron la fotografía

El Museo Patio Herreriano reúne más de un centenar de instantáneas para rendir homenaje a estos dos grandes profesionales y su fructífera amistad

Fotos: F. HERAS

H. D.

Se conocieron en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid cuando ambos superaban la treintena y desde entonces su amistad fue inquebrantable. Juntos recorrieron la geografía nacional plasmando aquella España oscura que le estaba costando salir de la posguerra, sus gentes y fundamentalmente, la capital madrileña, aún por reconstruir. Ahora, sesenta años después de aquellos trabajos, el Museo Patio Herreriano de Valladolid vuelve a reunir a Gabriel Cualladó y Fransico Vázquez, dos grandes de la fotografía española del pasado siglo, en una amplia exposición comisariada por el director de Foto Colectania, Pepe Font de Mora.

Señala que en ningún momento quiso seguir un criterio «historicista» en el recorrido de la muestra, sino desvelar las complicidades que hubo entre estos dos profesionales a través de algunas de sus imágenes más icónicas y de otras series más desconocidas. «Los dos viajaban juntos y salían a fotografiar juntos, pero hacían cosas muy diferentes», ha señalado durante la rueda de prensa.

Foto Colectania dispone desde 2001 de todo el archivo de Paco Gómez -así eran como se conocía entre los profesionales al fotógrafo Francisco Gómez-, mientras que cuenta con más de un centenar de instantáneas de Gabriel Cualladó. Estos importantes fondos le ha permitido articular «Inseparables», la exposición vallisoletana, que según ha detallado la concejala de Cultura y Turismo, Ana Rendondo, pretende «rendir homenaje» a la colaboración que ambos mantuvieron.

Selección de libros de la biblioteca personal de Gabriel Cualladó

Así, instantáneas de un Madrid casi desconocido, con casas de bajas alturas en pleno Arturo Soria o un solitario tranvía circulando por el Paseo de Extremadura conviven en la sala 1 del museo junto a detalles de interiores de viviendas a los que Francisco Gómez daba una vuelta para convertirlos en «elementos poéticos» y retratos de familias y de niños -protagonistas en muchas de las fotografías reunidas de Gabriel Cualladó-. Mientras, la sala 2 está dedicada a la fotografía más abstracta de ambos, a los llamados «fotoensayos» que Cualladó hizo siguiendo los pasos de Eugene Smith y al viaje que ambos compartieron a París junto a un nutrido grupo de fotógrafos españoles invitados por el Comisariado de Turismo Francés.

El comisario ha destacado el carácter renovador de la fotografía de ambos profesionales en el contexto en el que trabajaron, la posguerra y décadas de los sesenta y setenta. En este sentido, ha explicado que en una época en la que el ejercicio de la fotografía de vanguardia ese había paralizado Cualladó no se resignó, y siguió alimentando su biblioteca personal con libros que adquiría en el extranjero y que sirfieron de inspiración al colectivo al que perteneció junto a otros renombrados fotógrafos tales como Francisco Ontañón, Ramón Masats o Fernando Gordillo, entre otros, grupo que más tarde pasó a conocerse como la Escuela de Madrid.

Para las nuevas generaciones

Por su parte, el hijo de Gabriel Cualladó, que comparte nombre con su padre y este lunes presente en la muestra, ha agradecido que exposiciones como ésta permitan dan a conocer a las nuevas generaciones la obra de su progenitor, que considera que había quedado en un segundo plano tras gozar de un importante reconocimiento en los años 80 y conquistar el primer Premio Nacional de Fotografía en 1994.

La exposición, con más de un centenar de fotografías, se podrá ver hasta el próximo 16 de junio.

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